'¡Hasta a los militares hay que pagarles!'
Empresarios duranguenses que tienen invertido algo de su capital en Sinaloa, específicamente en Mazatlán, reconocen que la situación está mucho más complicada de lo que se reconoce por parte de las autoridades federales y estatales.
Dueños y socios con bares y restaurantes han tenido que descansar personal debido al bajo consumo y otros de han preferido no abrir esta semana pues recibieron avisos de que el crimen organizado estaría “reclutando personal” para seguir en la disputa por territorios, por lo que no quisieron arriesgarse.
Quienes se dedican a bienes raíces, como la renta de casas y departamentos para turistas, han visto desplomadas las reservas que tenían en las últimas semanas. “Noviembre es un mes con mucha demanda pero ahora nadie quiere ir, todos tienen miedo de ir a Mazatlán a pesar de lo barato que esta conseguir alojamiento. Hasta un 50% más barato que hace dos meses”.
También hay quienes se dedican a proveeduría de productos en Durango y Sinaloa que también se han visto afectados, sobre todo en el traslado de mercancías, pues ya ha habido daños a vehículos y asaltos en carreteras (sobre todo en el tramo de Culiacán a Mazatlán).
Seguramente ese no es un tema nuevo para muchos de los lectores, pero lo que sí causa sorpresa es que casi todos coinciden en que también han tenido que dar “aportaciones económicas voluntarias” a miembros de la Guardia Nacional para que les permitan transitar por la supercarretera a las horas que ellos “recomiendan” para no tener ningún problema.
“Nosotros hemos tenido que darles dinero para evitar que los vehículos de carga sean retenidos durante varias horas con pretextos de operativos o revisiones. Se portan bien pero si no lo hacemos, la carga se echa a perder y no podemos pasar”.
Desde luego ninguno de los empresarios consultados ha querido hacer públicas o denunciar estas acciones de parte de las fuerzas armadas por temor a represalias y hay quienes reconocen que el “gasto extra” vale la pena para sentirse más seguros en el trayecto, pero terminan diciendo que “¡ahora hasta a los militares les tenemos que pagar!”, afirman.
En contraparte, el empresariado local ha reconocido que el consumo en Durango, sobre todo en la capital, ha repuntado debido a lo que está pasando en Mazatlán, y que no saben cuándo todo volverá a la “normalidad”, por lo que es importante aprovechar para darse a conocer y empezar a generar una clientela que vuelva.
Las fuerzas federales están redoblando su presencia en los límites de ambos estados. En la semana se pudo observar a un convoy de unidades de la Secretaría de Marina (Semar) en las calles de la capital de Durango pero que horas después partió rumbo a Sinaloa.
Lo que es un hecho es que nadie sabe cuándo se tranquilizará la violencia en Sinaloa a pesar de que el Gobierno Federal y el Gobierno Estatal de aquella entidad sigan minimizando los hechos a dos meses de distancia.