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Hoy, a Claudia, no le alcanza
Parece ser que el exceso de confianza invade las entrañas del equipo de Sheinbaum, pero Claudia debería ser muy precavida con las promesas de votos que le ofrecen aquellos que hacen de la zalamería su modus operandi, al bajarle las estrellas con prometer 35 millones de votos para hacerla presidenta de México, por ejemplo: Mario Delgado, dirigente nacional de Morena.
Y es que hablar de esas cantidades de votos sólo demuestra lo alejados que viven de la realidad los integrantes de Morena; para empezar, el abstencionismo será el principal enemigo de las candidatas y el candidato a la presidencia de la República, pues los porcentajes que arrojan las principales encuestadoras nos muestran que cuatro de cada diez mexicanos han decidido, en este momento, no acudir a las urnas el próximo 2 de junio.
No obstante, la relación que guarda el abstencionismo con la campaña de Claudia Sheinbaum es positiva, ya que a menor abstencionismo aumentan las posibilidades de que gane Xóchitl Gálvez la elección presidencial.
Hace algunos días Francisco Martin Moreno, escritor e historiador mexicano, explicaba de manera muy concreta el resultado que se daría en las elecciones de junio en caso de que el porcentaje de participación superara el 58 por ciento, dejando entrever que: entre más salga la gente a votar, el fin del obradorismo estaría más cerca de concebirse.
Entonces la lógica de Mario Delgado es contradictoria porque no hay forma de que, incluso, rebasen el umbral impuesto por AMLO, que fue de 30 millones de votos y si hay una votación copiosa, pues debería de preocuparse porque la derrota es inminente.
Bien dicen por ahí, “una cosa es Dartaghnan y otra los tres mosqueteros”. Es decir, una cosa es el voto duro del oficialismo, que anda en rangos de 15 millones de votos, y otra muy diferente es que las y los mexicanos en edad de votar acudan a apoyarlos, ni es posible y mucho menos previsible.
El fenómeno que generó AMLO reunía dos condiciones que hoy se vislumbran lejos, pues en aquel momento la efervescencia entre la población rondaba entre sacar al PRI del poder e impedir que el PAN regresara a Los Pinos; sin embargo, este 2024 la realidad es distinta, pues ninguna de esas dos condiciones son las que predominan en el ánimo del electorado.
Ahora, el hartazgo que existe, es atribuido a Morena. La inseguridad, la falta de empleo, el desabasto en el sector salud, el crecimiento desmedido del crimen organizado, la desaparición de personas, el problema migratorio, el abandono del campo, entre otros temas… de todos, el responsable es el gobierno federal morenista.
Además, cabe mencionar que en las dos elecciones anteriores a la de 2018, López Obrador tuvo alrededor de 15 millones de votos, la mitad de lo que lo hizo ganar. El momento, el hartazgo y la esperanza de un cambio lo encumbraron… pero dudo que al día de hoy el morenismo haya sabido cómo conservar esos 30 millones. Dos oportunidades hubo para refrendar su poderío electoral: la revocación de mandato y las elecciones intermedias. No obtuvo más de 15 millones.
En estos momentos el oficialismo no tiene ni una sola razón suficiente como para llegar si quiera a los 20 millones de votos, así que mucho menos los 35 de los que habla Delgado. Si el próximo 2 de junio acudiera a votar un porcentaje similar al que acudió en 2018, estamos hablando de 62 millones de votantes, de los cuales, en condiciones extraordinarias, Sheinbaum contaría con 25 de ellos, siendo generosos… pero ni con eso gana.
No creo que los familiares de los fallecidos por la negligencia criminal en la gestión de la pandemia de Covid-19 vayan a apoyar a Morena, o los afectados por el desabasto de medicamentos, o los que han sido despojados de sus bienes en las carreteras, o los deudos de los familiares de los más de 170 mil homicidios que acumula AMLO en lo que lleva de gobierno, por mencionar algunos ejemplos. Por dónde le busquen, esta elección no la tienen asegurada y los que piensen que si… se van a sorprender.
X: @eduardguezh