Javed Iqbal: El monstruo pakistaní que estranguló a más de 100 niños
Muchas veces, las personas que viven en occidente no suelen enterarse sobre muchos sucesos o noticias del mundo oriental, el cual contiene una cultura y una sociedad totalmente distinta a la nuestra.
Lahore, la segunda ciudad más importante de Pakistán, es el escenario de esta historia; Javed Iqbal Mughal era el hijo de un empresario poderoso del país, quien le compró una villa entera a Javed y a sus 8 hermanos, en donde vivía cómodamente como un comerciante local, hasta que, decidió soltar el infierno.
La confesión
En algún punto de inicios de diciembre de 1999, una carta escrita por Iqbal a puño y letra fue enviada a un periódico y a una comisaría local; en dicha carta, él confesó haber violado y asesinado a más de 100 infantes de entre 6 y 16 años con lujo de detalle, para después, deshacer sus cuerpos en ácido para no dejar rastro de los crímenes.
Tras esto, la policía a nivel nacional comenzó una exhaustiva búsqueda para dar con este peligroso criminal, quien finalmente fue encontrado, pues, ante la presión que la ley estaba ejerciendo con respecto a su cartera, Javed fue directo a la oficina editorial del diario Daily Jang el 30 de diciembre de 1999 para entregarse y declarar que no se arrepentía de sus crímenes.
El porqué de sus acciones fue aún mucho más siniestro, pues Iqbal declaró ante los medios que en 1990 fue acusado injustamente de sodomía, razón por la cual cayó en una decadencia física y mental, la cual, en palabras del propio asesino, postró a su madre en su lecho de muerte; desde entonces, juró venganza y declaró que iba a hacer llorar a 100 madres pakistaníes asesinando a sus hijos.
Clímax y Desenlace
Tras la declaración y un largo juicio, el juez sentenció a muerte a Javed Iqbal a cadena perpetua, en donde, tras su condena, pronunció las siguientes palabras: "Serás estrangulado hasta la muerte delante de los padres cuyos hijos mataste, tu cuerpo será cortado en 100 pedazos y puesto en ácido, de la misma manera que mataste a los niños".
Ya estando en prisión, finalmente Iqbal se suicidó el 8 de octubre de 2001 ahorcándose en su celda, ya que, según cuentan diversos testigos, tenía miedo de recibir el castigo por el que fue juzgado, por lo que decidió tomar la vía rápida para recibir su merecido.
Años después, el director Abu Aleeha decidió adaptar la vida de Javed Iqbal en una película biográfica, la cual fue lanzada en el año 2023 en medio de mucha polémica y censura; esta misma compitió por el prestigioso Oso de Plata del Festival de Cine de Berlín, y fue uno de los largometrajes más laureados de dicha edición.