La Dama de la Calle Luna: La misteriosa chica de Tierra Blanca
El Barrio de Tierra Blanca es uno de los sitios más antiguos de Durango, el cual existe desde antes de la fundación de nuestra ciudad capital. Cuenta con un gran repertorio de relatos, entre ellos el de una linda damisela que aparece para cautivar a los borrachines con su belleza: La Dama de la Calle Luna.
Esta historia es contada por un señor llamado José María, quien fue dichoso de encontrarse con la aclamada muchacha de cuerpo de tentación y cara de arrepentimiento.
Eran los años 30, en aquella época don José trabajaba en la casa redonda, donde terminaba de trabajar a la medianoche, hora que cantaban los gallos y se ocultaba la luna en el poniente. Al caminar por la calle Urrea, a un lado de la escuela Revolución, observó a una mujer alta y delgada, de cuerpo proporcionado, traía un vestido corto y se balanceaba de lado a lado, luciendo sus caderas.
Al verla, don José quedó enamorado y decidió acelerar sus pasos para alcanzar a la guapa muchacha. A pesar de ser un hombre cincuentón, estaba decidido a conquistar a la joven veinteañera. Supuso que se trataba de una mujer de la vida galante o era una chica desobediente que se escapó de su casa.
La siguió por varias cuadras hasta llegar a la subida de una calle. Antes de hablarle, don Pepe, invadido por pensamientos de lujuria y arduos deseos de poseer a la chica, la tomó de la cintura para sentir su cuerpo. Cuando ella sintió las manos del viejo, se volteó para contemplarlo. En ese momento, José cayó al suelo, como si fuera fulminado por un rayo, permaneciendo inconsciente en la calle por toda la noche.
Al día siguiente, despertó a mitad de la calle. Los vecinos del barrio lo vieron, pensando que se le pasaron las copas y terminó tendido por los efectos del alcohol. Don José recordó que se desmayó al ver a la esbelta dama, pero porque su rostro era una calavera sin ojos, sin nariz ni mejillas. Su escultural cuerpo no tenía nada que ver con su terrorífica cara.
Poco después se corrió la voz por Tierra Blanca, muchos trasnochadores aparecieron desmayados en la calle Luna, producto de la dama misteriosa que aterrorizó al protagonista del relato.
Don José fue un habitante muy apreciado y respetado de Tierra Blanca, conocido por contar leyendas del Durango antiguo a los infantes. Nunca se casó, por ello intentó hacer su lucha con la dama misteriosa.
Han transcurrido 80 años de este relato, tiempo en que varios testigos aseguran ver de espaldas a una mujer guapa y elegante recorriendo la calle Urrea. Quienes escucharon la leyenda, no se atrevieron a seguirla.