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La muerte de Ricardo Castro en Durango

BUSTOS DE 1812 A 1822 DURANGO. BUSTOS DE 1808 A 1811 MEXICO. BUSTOS DE 1811 A 1822 MEXICO.

BUSTOS DE 1812 A 1822 DURANGO. BUSTOS DE 1808 A 1811 MEXICO. BUSTOS DE 1811 A 1822 MEXICO.

SERGIO SÁNCHEZ CARRASCO

La calidad de Ricardo Castro es reconocida en México y el extranjero. Sin lugar a dudas, es uno los músicos más filosos que ha dado Durango.

Fue toda una desgracia que haya muerto en el esplendor de sus aptitudes, pues tenía 43 años y en ese momento era director del Conservatorio Nacional de Música. Desafortunadamente le dio una pulmonía que lo fulminó el 28 de noviembre de 1907. La noticia se difundió ampliamente por todo nuestro país y obviamente hubo varios homenajes después del fallecimiento del músico, incluso por meses y años. Por ejemplo, la velada efectuada en marzo de 1908 en la Ciudad de México, con la presencia del presidente Porfirio Díaz; en diciembre de 1912, el director del Conservatorio Nacional de Música, Gustavo Campa, fue hasta la tumba del durangueño (enterrado en CDMX), para presentar sus respetos, junto con alumnos y maestros de la institución.

Dejemos los homenajes de carácter nacional para centrarnos en lo local, a mí me gusta más citar lo durangueño pues aquí también se cuecen habas. Pero no repetiré la misma información que siempre recicla toda la raza, traigo novedades. Empiezo.

A inicios del siglo XX el periódico La Evolución fue el más importante de Durango y cubrió minuciosamente los funerales de Ricardo Castro, enfatizando que "era mexicano, y el país entero debe tributarle honores. Era durangueño y Durango debe ser el primero en honrarle". Efectivamente, la sociedad de alumnos del Instituto Juárez (actualmente UJED), respaldados por el gobierno y sociedad durangueña, el 13 de diciembre de 1907 organizaron una velada artístico-literaria en el Teatro Victoria, contando con la presencia del gobernador de Durango, Esteban Fernández, y hubo diversas presentaciones entre las que destacó la prosa escrita por la maestra Guadalupe Revilla y leída por la niña María Chávez y Ríos, una recitación a cargo de la primera actriz Evangelina Adams y el discurso estelar pronunciado por el músico maestro Alberto M. Alvarado, quien además compuso una pieza musical expresamente para la ocasión, que fue ejecutada al cierre del evento.

Por otro lado, a nivel regional, sobresale el homenaje efectuado por la empresa musical Wagner y Levien, que tuvo lugar en Torreón, Coah., el 12 de enero de 1908, a iniciativa del maestro Francisco Fournier.

Ahora me enfocaré en un vestigio de Ricardo Castro en la ciudad de Durango: la casa donde nació, que está ubicada en la segunda calle del Ángel número 7, que actualmente corresponde al crucero de las calles Negrete y Pasteur, esquina noreste, zona centro. Si ustedes hacen una búsqueda en internet, hay muchos sitios que indican erróneamente que el natalicio del músico fue en el municipio de Nazas, Dgo., supuestamente en una hacienda llamada Santa Bárbara. Al respecto, en La Voz de Durango del 3 de septiembre de 1983, el licenciado Héctor Palencia Alonso (qepd), informó que ese error está plasmado en un libro editado por la Secretaría de Educación Pública llamado "Durango, de las quebradas a los llanos". Es decir que de ahí surgió el dato equivocado, que los copiones del internet repiten como pericos.

En el mero centenario del nacimiento de Ricardo Castro (1964), el primer cronista de la ciudad de Durango, José Ignacio Gallegos Caballero (qepd), recordó la casa donde nació el músico, además de reclamar amarga y justificadamente en las páginas de El Sol de Durango que las autoridades gubernamentales y la UJED no hicieron absolutamente nada para conmemorar esa fecha especial, no obstante que les avisó con bastante anticipación.

Por último, les dejo código QR con un video donde muestro la fachada actual de la casa famosa, que alguna vez tuvo una placa conmemorativa indicando su importancia. Tengo entendido que la edificación ahora es oficina de un banco y por eso ni siquiera intenté pedir permiso para entrar a grabar, pues como ustedes saben, está prohibidísimo.

Escrito en: caleidoscopio Durango, Ricardo, Castro, pues

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