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La otra cara de la literatura: cuando los escritores se tienen que ir

Mira. Sac-Nicté tuvo que dejar Durango para poder avanzar, pero quiere regresar para c ontribuir al desarrollo de las artes.

Mira. Sac-Nicté tuvo que dejar Durango para poder avanzar, pero quiere regresar para c ontribuir al desarrollo de las artes.

MARA GÜERECA

Emigrar, es un término complejo. No solo engloba el hecho de irse a otro lugar, sino todo lo que la persona tiene que dejar a su paso: amigos, familia, sueños... Esa es la realidad de muchos jóvenes duranguenses dedicados al arte, quienes se han visto obligados a abandonar sus lugares de origen para buscar esas oportunidades que les permitan vivir de lo que aman, especialmente en la rama literaria.

¿El motivo? La falta de apoyo institucional, las pocas vacantes laborales y las propias barreras que entre escritores de mayor trayectoria o reconocimiento pueden poner.

El caso de Sac-Nicté Guevara Calderón es uno de tantos. Su sueño de escribir muchas veces se vio amenazado en la capital duranguense por causas ajenas. En la charla, recordó, por ejemplo, aquella vez que un trabajador del Instituto de Cultura del Estado de Durango (Iced) le dijo que "tenía que escribir sobre sexo y violencia o nunca iba a llegar a ningún lado". No una, varias veces hizo ese comentario al grado que no solo fue molesto sino que llegó a dudar de sus propias letras.

Conforme más tiempo pasaba en ese mundo, entendió sobre esas "alianzas" donde se favorecía a unos cuántos y otros más ponían trabas a quienes querían seguir avanzando. Ahí entendió que no había mucho por hacer y emigró para crear sus propias oportunidades. Lo logró.

Ahora es fundadora y editora de su propia revista digital, además de ser parte de una red latinoamericana de periodistas, maestra en Periodismo Cultural por la Universidad Iberoamericana y con un Máster en Letras Hispanoamericanas por la Universidad Complutense de Madrid.

Su actual sueño, al igual que de muchos otros, es regresar a Durango, vivir de lo que hace y aportarle algo a la comunidad, pero la realidad es desalentadora: "no puedes volver" porque las áreas artísticas se encuentran en un momento vulnerable, en una crisis que se resume en despidos masivos.

A esto se le suma que las dependencias gubernamentales ven a los nuevos artistas como "la oportunidad de conseguir un servicio gratis". En ese sentido, "el ser joven no significa que tengas experiencia, llevas horas de dedicación y no tienes que regalar tus servicios o conocimientos nada más porque sí".

Si un día, las condiciones cambian en la ciudad, escritores y dependencias crean alianzas fuertes, sólidas y viables en pro de las artes, su regreso, al igual que el de los otros duranguenses, será inminente.

Escrito en: literatura escritores Durango escritores, propias, entendió, realidad

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