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La sequía terminó y.. ¿Qué lecciones deja?

¿Y el Medio Ambiente... que?

La sequía terminó y.. ¿Qué lecciones deja?

La sequía terminó y.. ¿Qué lecciones deja?

JORGE ARMANDO NEVAREZ MONTELONGO

Por fin las lluvias se dejaron sentir en el país y de que forma, luego de casi tres años de intensa sequía, una de las mas fuertes de los últimos 50 años, donde mas del 80% del territorio nacional se mantuvo en el Monitor de Sequía de México por meses, con algún grado de afectación, llegando a ser excepcional en amplias regiones de los estados norteños. La naturaleza y el consabido cambio climático nos mostró la otra cara de la moneda, con un inicio de la temporada de lluvias 2024, con grandes tormentas.

Tormentas producidas por la humedad propia de la temporada, pero también influidas fuertemente por los primeros huracanes del Atlántico de las semanas pasadas. Muy rápidamente se han beneficiado los grandes embalses de agua para el consumo humano y para el riego agrícola, así como la biodiversidad y los ecosistemas de montañas y valles ofreciendo el brillante espectáculo de diferentes tonos de verde que han cambiado el panorama antes amarillento y gris de la sequía y disminuyendo los altos niveles de temperatura.

Pero también, las tormentas que tienen como característica la descarga de grandes volúmenes de agua en períodos muy cortos de tiempo, nos vuelven a meter en apuros y porque no decirlo, a tomar desprevenidos, principalmente en los grandes centros de población pues, aunque sus beneficios son vitales para el desarrollo humano y para el entorno, en estos lugares nos exhibe otras debilidades que lamentablemente todavía no hemos podido resolver.

Antes comentar que, de acuerdo a la experiencia de años y opiniones de expertos, las tormentas no son propiamente el tipo de lluvia más deseable, en virtud de que la fuerza de su ocurrencia y la descarga en zonas mas puntuales produce escurrimientos que transitan muy rápidamente el curso de los cauces, sin permitir una sustancial infiltración al subsuelo. En ese sentido los acuíferos no obtienen importantes beneficios, además de que provocan mayores destrozos e inundaciones en zonas urbanas, principalmente.

Y ahí es donde se muestran las carencias que tenemos para enfrentar de estos eventos de la naturaleza. La insuficiencia de infraestructura para el almacenamiento, manejo y mayor aprovechamiento de los grandes volúmenes descargados es una de ellas. Se estima que el 72% del agua que llueve anualmente se escapa por los rápidos escurrimientos llegando en una gran proporción al mar y además porque no tenemos mayor capacidad de almacenamiento.

En ese mismo contexto, en las zonas urbanas, las grandes inundaciones nos muestran que hay dos grandes problemas de falta de infraestructura y adaptación al cambio climático. Por una parte, la carencia en la mayor parte de las ciudades de líneas separadas para el drenaje y desalojo del agua de lluvia, el drenaje pluvial. Toda el agua se mezcla en el mismo tubo existente para el drenaje sanitario, ya obsoleto y rebasado en su capacidad de conducción.

Generalmente el drenaje que existe, diseñado y construido desde hace muchos años principalmente en las zonas céntricas y de mayor flujo, es para el desalojo de las aguas servidas, que ira conducida a una planta de tratamiento de aguas residuales para su disposición final y está calculado para un volumen limitado cuyo horizonte y vida útil en la gran mayoría de los casos ya se cumplió. Cambiarlo para renovarlo cuesta y no todas las ciudades tienen la capacidad económica para hacerlo de manera integral, cambiarlo y separar líneas. El problema de la basura en las calles influye mucho también.

Y por otro lado, asentamientos humanos tanto en las ciudades como en las zonas rurales ubicados en zonas bajas, clasificadas como inundables o zonas federales de cauces de ríos y arroyos decretadas por la autoridad del agua, zonas que en realidad le pertenecen al agua desde siempre para su libre tránsito de manera natural, como era en sus orígenes.

Asentamientos que denotan falta de planeación urbana, falta de vigilancia y falta de autoridad en ambos casos y que una vez instalados difícilmente se puede instrumentar por parte de la autoridad, un plan para reubicar dichos inmuebles, sacarlos de la zona de peligro que incluso eventualmente salve vidas y permita que al menos los cauces principales de las corrientes de mayor riesgo por la ocurrencia de avenidas de magnitud importante, también recuperen su espacio.

Finalmente, la lluvia es lo fundamental y lo más importante, creo que con lo que ha pasado en meses y años anteriores nos ha quedado claro que el agua es el elemento vital y sufrir su carencia es lo mas indeseable. Hagamos todo lo que este de nuestra parte para estar mejor preparados, y enfrentar el reto de la escasez, porque sin duda seguirá ocurriendo en el futuro.

X: @_jorgenevarez ,

E-mail: [email protected]

Escrito en: Y el medio ambiente... ¿qué? zonas, agua, grandes, mayor

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