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Las obras póstumas

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Las obras póstumas

Las obras póstumas

J. SALVADOR GARCÍA CUÉLLAR

Para Ana Elisa García Aguilera

Seguramente usted habrá oído o leído la palabra póstumo. Es un adjetivo que proviene de los vocablos latinos post, que significa después, y humus, el cual tienen el significado de tierra, pero no en el sentido de planeta, sino del lodo producido por la descomposición de los restos orgánicos por organismos y microorganismos descomponedores (como hongos y bacterias).

Esa es la razón por la que póstumo significa que algo existe después de que enterraron a quien lo causó, pues el entierro se da en el humus, es decir, en la tierra descompuesta por las lombrices. 

¿Cómo puede suceder algo que se produjo después de que murió el causante? Pues sí es posible, como la lectura de un testamento, que se hace de manera póstuma, es decir, después de que fue sepultado el testador.

También hay obras literarias póstumas, pero no se trata de que alguien las haya escrito después de que, ya difunto, lo enterraron, sino más exactamente, las que se publicaron luego de que se murió y fue sepultado, pero las escribió cuando todavía estaba vivo.

Por eso no me imagino que se hable de obras póstumas de un pintor, pues si acaso habría algo después de la muerte del artista, sería la exposición de sus pinturas, pero nada más.

Y aunque parezca extraño, también se dan los hijos póstumos, pues es posible engendrar a alguien y luego morirse antes de que nazca ese alguien, por eso es hijo póstumo.

Por ejemplo, el caso curioso de San Ramón Nonato. Cualquiera pensaría que no es posible que alguien fuera santo sin haber nacido, pero se trata de una situación distinta, pues nació después de la muerte, pero no de su padre, sino ¡de su madre! Efectivamente, la progenitora del ilustre mercedario falleció antes de que éste naciera, y tan rápido como pudieron, le practicaron cesárea al cadáver de la embarazada y el producto fue este santo varón, nacido en un pueblo de la antigua Corona de Aragón en España, allá por los principios del siglo trece.

Claro que, por lo general, si se trata del padre, el hijo póstumo nace dentro de un periodo no mayor a nueve meses después del fallecimiento del progenitor. Pero digo que es por lo general, porque se dan casos de nacimientos muy posteriores a la muerte del padre.

¿Cómo es posible eso? ¿Puede nacer un niño varios años después de que su padre murió? Pues aunque usted no lo crea, como diría el señor Ripley, eso ha sucedido.

Se han dado casos de hombres que pagan a una institución de alta tecnología en medicina para que congele su esperma y luego se lo inoculen a una mujer a fin de engendrar un hijo a distancia, tanto en el espacio como en el tiempo.

Sobre esto podemos recordar el caso del israelí Baruch Posniansky, quien in articulo mortis dejó su esperma en un banco especializado en estos menesteres con la encomienda de que fuera usado para engendrar un hijo.

Siete años después, Liat Malak, también israelí, solicitó los servicios del banco de esperma y de esta operación nació una hermosa niña a laque llamaron Shira.

Como se puede mostrar en este ejemplo, es posible lo póstumo, no solamente en las obras literarias, sino hasta en el hecho de engendrar hijos.Por eso si el vástago nace mucho tiempo después de que falleció el papá, no es el caso de que la viuda tuviera alguna aventura, sino del aprovechamiento de la tecnología para engendrar hijos póstumos.

Entonces sí es posible que se dé, en obras literarias y en hijos, la generación póstuma, no solo por la acción de una empresa editorial que tuvo la ocurrencia de publicar las obras de algún difunto, sino también por la acción de algún laboratorio al que se le ocurrió guardar el esperma del ahora muertito.

Las palabras antiguas pueden designar hechos muy novedosos, producto de las más recientes tecnologías.

Escrito en: PALABRALIA después, obras, engendrar, posible

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