Los medios ante la cuestión del agua
A la fecha y, particularmente durante los últimos años, una gran parte de quienes habitamos esta región hemos construido una narrativa sobre la problemática del agua. No es para menos, somos miles los que hemos padecido el desabasto y, también se cuentan por miles, quienes han sufrido afectaciones en su salud como consecuencia del hidroarsenicismo, que no es otra cosa que la ingesta de agua contaminada con arsénico, los dos indicadores en que se manifiesta la crisis de agua en la Comarca Lagunera.
En la construcción de esta narrativa, que ya es parte de la percepción cotidiana de la población, ha tenido que ver la interpretación y difusión pública que ciudadanos involucrados en organismos civiles hemos realizado de la información generada por los científicos de las universidades o los profesionales técnicos de las instituciones públicas, sobre los diferentes matices que presenta dicha problemática, hasta ubicarla y centrarla en el tema de la sobreexplotación del acuífero principal, independientemente de que hay otros aspectos, también importantes.
Pero esta narrativa no se hubiera podido construir y, sobre todo difundir con amplia cobertura para la mayor parte los laguneros, sin la participación de los medios de comunicación. Gracias a estos, la información especializada que antes solo era conocida e interpretada por dichos científicos o profesionales de gobierno en el seno de nichos o comunidades reducidos, de ahí el papel crucial que han desempeñado los medios de comunicación para que amplios sectores de la población se apropien de los términos o ideas centrales que conforman esa narrativa.
Si bien los ciudadanos involucrados en organismos civiles hemos aportado nuestra parte al señalar la gravedad de la situación y su definición como crisis hídrica o de agua, en contra parte de la versión gubernamental que la niega o la oculta, para los comunicadores ha requerido un esfuerzo importante apropiarse de la versión ciudadana de una problemática tan compleja como la del agua, labor que han desempeñado en diferente nivel de percepciones particulares o de una visión más completa de la misma.
Debemos reconocer que en este ámbito los medios de comunicación locales, sean de origen regional o extensiones de medios nacionales, han obrado, en términos generales, de manera abierta y dando una cobertura mediática amplia a los hechos que describen las diferentes expresiones del problema. Su labor ha desempeñado y, continuará haciéndolo si mantienen esta postura, un papel clave para que los laguneros estemos informados, prueba de ello es el espacio que nos han abierto a algunos ciudadanos que nos expresamos en medios como en el que se suscribe esta columna editorial, sin censura.
La cobertura sobre los hechos que rodean el problema del agua ha sido otorgada tanto por los medios convencionales que operan como empresas privadas, sean medios impresos, radio o tv, o por los portales que fluyen a través de internet y redes sociales. Hay que decirlo, hasta ahora en La Laguna no se han presentado restricciones importantes que impidan la difusión de esos hechos que cotidianamente ocurren, con estilos que dimensionan de manera diferente su cobertura, algo que no sucede en otras regiones que también atraviesan por crisis hídricas regionales.
Una opinión personal al respecto, es que sería oportuno que se destinara más espacios de comunicación para el análisis de información o estudios sobre el tema, percepción que se origina quizás porque al estar uno involucrado en estos hechos supone la conveniencia de esta sugerencia. Entendemos que no son los únicos hechos que hay que comunicar y que cada medio tiene sus propios criterios o políticas de comunicación.
Este año va ser clave para quienes participamos en construir esta narrativa pública ciudadana, ya que, derivado de un juicio de amparo y la emisión de una sentencia por la máxima instancia del poder judicial federal del país, se determina un mandato a las instituciones responsables de regular el uso del agua (SEMARNAT y CONAGUA), de que dejen de ser omisas en el cumplimiento de la ley que ha derivado en el abatimiento y contaminación de la más importante fuente de agua que se abastece la economía y la población lagunera.
Dicho juicio, que como ciudadanos esperamos se cumpla la sentencia judicial como una expresión de que vivimos en un país regido por un Estado de Derecho, debe conducir a buscar, conjuntamente, entre ciudadanos y gobierno, la interpretación más veraz del estado en que se encuentran nuestros hídricos del subsuelo y, por consecuencia, la definición de las alternativas más viables de aplicarse para revertir y resolver esta grave problemática del agua en La Laguna, particularmente en su aspecto más importante, la tarea titánica de revertir el daño hecho, algo nada fácil si consideramos el tiempo y grado de deterioro que presentan.
Quienes promovimos el juicio para recuperar el agua del subsuelo y garantizar seguridad hídrica para los que vivimos en esta región, creemos que la revisión de esta problemática, el análisis y la discusión que realicemos de las alternativas que le den solución en el corto, mediano y largo plazo, debe basarse en argumentos científico técnicos y ser un proceso abierto a la sociedad, ya que es un asunto que nos afecta y compete a todos los laguneros. Para lograr este propósito, el papel que desempeñen los medios de comunicación será fundamental al informar a los ciudadanos sobre lo que realmente ocurre y como se debe resolver.