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‘Malakia’, una crítica al consumismo que se exhibe en el Museo Gurza

‘Malakia’, una crítica al consumismo que se exhibe en el Museo Gurza

‘Malakia’, una crítica al consumismo que se exhibe en el Museo Gurza

DANIELA L. ALMAGUER

Una muestra multidisciplinaria, un recorrido vasto, extraño o peculiar pero sobre todo, una extensa visión del consumismo y una crítica al capitalismo industrial, es lo que define a “Malakia”, la nueva exposición del artista italiano Cristiano Gabrielli, que se exhibe en el Museo de Historia y Arte Contemporáneo “El Palacio de los Gurza”.

Se trata de una amplia perspectiva del artista, que actualmente radica entre Durango y Mazatlán, Sinaloa, en la que invita a cuestionarse sobre el mundo en el que se vive pero principalmente el cómo se vive, a través de un sinfín de elementos.

MALAKIA, VISIÓN DE LO INNECESARIO

“Lo que a mí me impactó muchísimo fue la idea del consumo. Yo tengo 55 años y mudarme a México, vivir aquí, en un país que da la oportunidad de elegir otro rumbo o modelo, y llegar y ver aplicados los mismos modelos que ya fracasaron en otros países como Estados Unidos, me llamó mucho la atención, por eso el mensaje es sobre eso, los mecanismo del consumo”, explicó Gabrielli en la inauguración de la muestra.

El nombre de la exposición, “Malakia”, hace referencia también a esto mismo, pues es una palabra que si bien en griego antiguo significa “suave” o “mimado”, tiene distintos usos. “Es sobre nimiedades, en español y en italiano hay más formas de llamarlo pero son cosas innecesarias, cosas que no tienen valor. La idea es que en un mundo hipotético, en el que ese símbolo o malakia, sea la medida universal para representar cualquier cosa”, señaló.

Bajo ese contexto es que en “Malakia” se encuentran diversos elementos que de manera sarcástica, directa y única, abordan esas cosas tontas e inútiles del mundo, como los discursos políticos vacíos, latas, recortes de revistas y otros elementos que forman parte de la construcción social.

DE PINTURA FEA Y ESCULTURA

Junto a esto se únen aquellos instrumentos que vuelven multidisciplinaria esta muestra, desde escultura, pintura medieval, dibujo con grafito, collages gráficos, ensamblaje y cartonaje, como una muestra de cariño a una técnica mexicana aplicada en las piñatas.

“Y hay pintura fea”, dijo Gabrielli bromeando. “Con marcos pretenciosos”, añadió. “Pero me pareció todo muy útil para tratar de destituir un mundo tan complejo como el que vivimos “.

Parte de la instalación que hay en la intervención es también inmejorable, pues desde que se entra a la sala se encuentra en el piso una especie de tapiz plagado de bocas abiertas mostrando los dientes, como si quisieran comerse a quien llega, un símbolo que se repite en las esculturas hechas de resina o de madera, que evocan a Jesús en la cruz pero también a las partes de un barco. A esto se suman un par de postales que el propio artista dejó como “recuerditos” de sus obras, en las que también se encuentran esas mismas bocas, así como bolsas de papel con el mismo diseño.

LOS “CHUPAFLORES”, UN ELEMENTO EN COMÚN

Al respecto, el artista explicó que es una alegoría a los conquistadores o a quienes buscan el poder sobre todas las cosas. “Es como un regalo que me hizo la cultura mexicana, de cuando una vez estaba leyendo el ‘Chilam Báalam’ (libros que relatan hechos y circunstancias históricas de la civilización maya), cuando habla de los conquistadores o invasores del territorio, los define como ‘chupaflores’, de los que vienen y que para florecer, se ‘chupan’ la flor de alguien más, me pareció una imagen muy fuerte, muy poderosa, para poder representar algo que sigue siendo muy actual en esta época, por eso es una boca que se chupa las flores”.

El recorrido se completa con muros de ojos y una pantalla que reproduce un filme independiente de más de 40 minutos en el que aparece el propio artista, con un mensaje que parte del esoterismo pero que forma parte, de alguna manera, a su crítica social. “Yo todo esto lo defino como mi búsqueda, mi vida de lo que yo veo (del mundo), y en ell no hay recetas ni etiquetas, eso se le pone a los productos, y más que sintetizar las cosas, quiero que se queden con una pregunta que les resuene, eso es mucho más importante que ponerle el nombre”, concluyó.

La intervención “Malakia” estará durante un mes en el Museo de los Gurza, ubicado en calle Negrete 901, Zona Centro.

Escrito en: Museo Gurza esto, mundo, Museo, artista

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