Mier, Duarte y García: la lucha por la UJED
La próxima elección para nuevo rector de la Universidad Juárez del Estado de Durango está generando gran expectación, no solo por el control de los recursos que ascienden a más de 2 mil millones de pesos anuales, sino por el impacto político que esta decisión conlleva. La contienda no solo se trata de quién dirigirá a la máxima casa de estudios, sino de quién controlará uno de los principales bastiones de poder en el estado.
Direcciones generales, coordinaciones y, por supuesto, un vasto número de plazas docentes y administrativas son piezas clave en este tablero de poderío. Todo esto convierte la elección para la renovación de la Rectoría en un campo de batalla que traspasa aulas y pasillos, donde lidian también aquellos que aún pugnan por una tangible autonomía universitaria.
En medio de esta contienda, tres son los nombres de quienes realmente están dentro de esta pelea; dos de ellos destacan por su por su capacidad de liderazgo y vínculo con la UJED: Rafael Mier Cisneros y José Ramón Duarte Carranza. Mientras tanto, por parte de la mano oficial está el subsecretario de Salud, Ramón García Rivera.
En este contexto, Rafael Mier, actual director de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, se perfila entre los tres con mejores posibilidades para ocupar la Rectoría. Su trayectoria académica, su liderazgo dentro de la UJED y su compromiso con la autonomía universitaria lo posicionan como la mejor opción para la comunidad, que busca preservar su independencia ante las crecientes presiones políticas.
A diferencia de otros candidatos, Mier Cisneros no está vinculado a un grupo político que busque utilizar la Universidad como un brazo más del gobierno estatal. Esta característica lo convierte en un defensor natural de la autonomía universitaria, un valor que, más que nunca, debe ser protegido frente a las crecientes intromisiones del poder en turno sobre los asuntos propios de la Universidad.
Por otro lado, José Ramón Duarte Carranza, aunque también es considerado un candidato fuerte, ha quedado debilitado tras su derrota en las elecciones internas de la Facultad de Economía, Contaduría y Administración. Los conflictos en su equipo y su distanciamiento con figuras clave han menguado su imagen y su capacidad de liderazgo.
La parte oficial a través de la figura del subsecretario, Ramón García, ha mostrado un claro interés en controlar la Rectoría. En contraparte, los universitarios no le reconocen trayectoria alguna, menos ascendencia en la comunidad académica ni credenciales que lo respalden. Su candidatura, impulsada más por intereses políticos que por méritos propios, ha generado rechazo total dentro de la Universidad Juárez.
Las recientes movilizaciones estudiantiles, como la toma de la Facultad de Derecho, se avistan como parte de una táctica de guerra sucia para desgastar la imagen de Rafael Mier, quien sigue siendo visto como una amenaza por quienes buscan controlar a la máxima casa de estudios. Sin embargo, tales ardides parecen reforzar la percepción de que su candidatura es la más sólida.
Ciertamente todo va más allá de una cuestión académica o de liderazgo institucional, pues la UJED es un espacio donde convergen actores políticos, deseosos de influir en las decisiones que afectan tanto a lo interno como a la vida pública de Durango; empero, la universidad no puede ni debe ser vista como un botín político. Los universitarios y la sociedad duranguense deben estar atentos a los movimientos que buscan desvirtuar su autonomía.
EN LA BALANZA.- A propósito de... la detención de Rubén Calderón Luján, relacionada con desvíos de la SEED en el pasado sexenio, parece más una maniobra política que un auténtico golpe a la corrupción, dado el vínculo del exfuncionario con Rubén Solís y la Universidad Juárez. En el contexto de la elección a la Rectoría, todo sugiere una presión para que el saliente Rector ceda ante la imposición de Ramón García. En política no hay casualidades, solo cálculos y estrategias.
X: @Vic_Montenegro