Mirador
El año de 1767, los padres jesuitas fueron expulsados de la Nueva España. Muchos de ellos pasaron en Roma su destierro. Ahí se dedicaron a la tarea de escribir libros, unos de terrenal sabiduría, los otros de teología o devoción. Todos esos libros, sin excepción alguna, están dedicados a la Nueva España, o a alguien que en América quedó. Lejos de su patria, los sacerdotes desterrados la añoraban, y le hacían llegar su amor desde la ausencia.
El pintor José María Velasco -el paisaje de México se hizo más bello después de que él lo pintó- firmaba sus cuadros con su nombre y ponía luego: "Mexicano". Escribió Justino Fernández: "Quería que sus buenos éxitos se le apuntasen más bien a su país que a él mismo".
Mejores mexicanos seríamos si amáramos más a México. Seríamos mejores mexicanos si sintiéramos más orgullo de nuestro país. Pese a todo lo que sucede, muchos motivos nos da México para el orgullo, y más motivos aún nos da para el amor.
¡Hasta mañana!....