Austin Ekeler, corredor de los Commanders, sufrió una lesión en los momentos finales del partido contra los Cowboys en la Semana 12 de la NFL. Durante una de las últimas jugadas, recibió un fuerte impacto por parte de Damone Clark que lo dejó noqueado, lo que generó preocupación inmediata entre sus compañeros y el personal médico del equipo. Minutos después, con los jugadores con rodilla al suelo y la preocupación en el Northwest Stadium, Ekeler abandonó el partido retirándose caminando, lo que aparenta ser buena señal, no obstante, la gravedad de su lesión se mantuvo en incertidumbre.
Aunque los primeros reportes indican que podría tratarse de algo serio, el diagnóstico definitivo dependerá de los resultados de estudios médicos más detallados, como una resonancia magnética. La situación ha puesto en alerta a los Commanders, ya que Ekeler es una pieza clave en su ofensiva, y su ausencia prolongada podría afectar significativamente el desempeño del equipo en las próximas semanas.
¿Cómo funciona el protocolo de conmoción?
La NFL protege la salud de los jugadores al manejar posibles lesiones cerebrales. Cuando un jugador muestra signos de conmoción, es retirado del juego inmediatamente y evaluado en la línea de banda con pruebas rápidas de cognición y equilibrio. Si persisten los síntomas, es trasladado al vestuario para una evaluación más exhaustiva por un neurotraumatólogo independiente.
Si se confirma una conmoción, el jugador no puede regresar al partido y debe seguir un proceso gradual de recuperación, que incluye descanso, ejercicios físicos progresivos y actividades relacionadas con el fútbol. Solo podrá volver al campo cuando reciba autorización médica completa, incluyendo la de un especialista independiente.
Además, la NFL implementa medidas preventivas como mejoras en los equipos y reglas que penalizan golpes peligrosos. Este protocolo asegura un manejo adecuado de las conmociones y evita riesgos innecesarios para los jugadores.