No ceder ni una pulgada
"Lo que viene es una revisión, no es una renegociación", afirmó sobre el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (T-MEC), quien será el nuevo secretario de Economía, Marcelo Ebrard. Sin embargo, a decir de la representante de Comercio Exterior de Estados Unidos, Katherine Tai, será "incómoda". El llamado "Plan C", la prohibición del maíz transgénico y el glifosato, así como las energías renovables serán puntos torales y complicados en la revisión del T-MEC.
El nombramiento de Marcelo Ebrard Casaubón como parte del gabinete de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, fue por un lado sorpresivo y por otro un golpe de efecto que contribuyó en su momento para que nuestra moneda repuntara hasta en un 2 por ciento en los días en que, después de los resultados electorales del 2 de junio, el nerviosismo de los mercados hizo que se tambaleara el "súper peso".
Sorpresivo porque fue otra de las corcholatas de AMLO que se disputaron la candidatura a la presidencia y además fue el único que impugnó los resultados de las encuestas del proceso interno de MORENA. Comparten los dos, eso sí, la responsabilidad del desplome de un tramo de la línea 12 del metro de la CDMX. Marcelo en la construcción, siendo Jefe de la Ciudad, y Claudia, ocupando ese mismo puesto, por la falta de mantenimiento.
Inversionistas y empresarios reconocieron el nombramiento de Ebrard por ser la cara visible del gobierno mexicano, toda vez que el presidente López Obrador trató de evitar hasta donde le fue posible el salir fuera del país, y porque le tocó tratar, al ser el secretario de Relaciones Exteriores de AMLO, y negociar cuestiones comerciales con el gobierno de Donald Trump.
Precisamente uno de los mayores tropezones en la carrera de Ebrard fue cuando quien fuera el secretario de Estado del gobierno de Trump, Mike Pompeo, lo "ventaneó" en su libro "Never Give an Inch" en donde relata como el canciller mexicano cedió, a cambio de nada, recibir a inmigrantes centroamericanos, a través del programa "Quédate en México". Además, Trump se mofó de Ebrard y López Obrador cuando amagó con imponer aranceles a las exportaciones mexicanas si no militarizaban la frontera, con la promesa de a cambio apoyar a México con 7 mil millones de dólares para el desarrollo de Centroamérica y del sureste mexicano. Al final, el gobierno norteamericano no envió un solo dólar.
Con estos antecedentes de entreguismo y genuflexión, habría que dudar de la capacidad de Marcelo Ebrard para ser en uno de los negociadores con Estados Unidos y Canadá para revisar el T-MEC. Cabe señalar que un estudio del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) señala que de las 18 iniciativas propuestas en el Plan C de AMLO, al menos 5 de ellas, podrían violar las disposiciones incluidas en los capítulos del T-MEC. Además, existe la llamada "cláusula trinquete" incluida en el T-MEC establece que si un país abre más su economía permitiendo más comercio o inversión extranjera, no podrá retroceder esas medidas en el futuro ni cerrar sectores previamente abiertos a participación privada, por lo que introducir nuevas restricciones para empresas privadas en el sector energético podría generar un conflicto. Aunado a esto la prohibición de maíz genéticamente modificado es otro "foco rojo" pues el Plan C determina declarar al país libre de maíz genéticamente modificado, incluido el transgénico, para siembra y consumo humano. Hasta el momento el gobierno mexicano sigue sin presentar evidencia científica, por lo que la reforma estaría en conflicto con compromisos adquiridos en el T-MEC, pues el acuerdo establece que no se podrán implementar restricciones arbitrarias al comercio de un bien.
No será nada sencilla la revisión del Tratado. Marcelo deberá de anteponer el bien común de los mexicanos, dejando de lado dogmas o posturas ideológicas. Marcelo tiene una espina clavada y debe tratar de sacarla. Y recordar, al momento de la negociación, el título del libro de Pompeo: No ceder ni una pulgada.
@ferramirezguz