Un lamentable brote de violencia estalló durante el partido de fútbol entre Atlético Nacional y Junior de Barranquilla en el estadio Atanasio Girardot de Medellín, resultando en al menos 25 personas heridas, incluido un policía. Las autoridades locales informaron que los heridos fueron atendidos en el lugar y algunos fueron trasladados a centros médicos.
El secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa Mejía, precisó en un informe preliminar que “hasta el momento hay un policía y 20 hinchas heridos, algunos de los cuales debieron ser trasladados a centros médicos”. El incidente ocurrió en el minuto '54 del partido, cuando un fuerte enfrentamiento estalló entre las hinchadas en el sector norte del estadio. Este mismo escenario había albergado recientemente juegos del Mundial Femenino Sub-20, lo que resalta la gravedad de lo ocurrido.
La violencia se desató tras el segundo gol del equipo local, lo que obligó a la policía a intervenir. "La Policía intervino para el control de la situación", señaló Villa Mejía, quien añadió que “habrá sanciones y se tomarán las medidas que se tengan que tomar”.
Una vez que el partido fue suspendido “por falta de garantías”, la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor) rechazó “categóricamente” los actos de violencia que “empañan la fiesta del fútbol”. Fernando Jaramillo, presidente de Dimayor, afirmó que “es imposible ver estas escenas, donde la gran mayoría de personas están armadas en un estadio. De verdad es ridículo”.
Este incidente ha generado un llamado urgente a implementar medidas de seguridad, como la detección de metales en los estadios, para garantizar un entorno seguro para todos los aficionados. La comunidad futbolística espera que se tomen acciones efectivas para evitar que situaciones como esta se repitan en el futuro.