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Primera mujer Presidente de México

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IVONNE DÍAZ ]TEJEDA

Una vez validados los resultados electorales del 2 de junio y habiendo tomado posesión, México tendrá por vez primera una mujer presidente: Claudia Sheinbaum Pardo.

Este hecho histórico para nuestro país me llevó a recordar la vida, labor política y aportación de género de doña Griselda Álvarez, quien fuera la primera gobernadora en el Estado de Colima (1979-1985) y la trayectoria de la abogada Aurora Jiménez Quevedo de Palacios, mujer nayarita quien resultó ser electa la primera mujer diputada federal por el distrito de Baja California en 1954 en la XLII Legislatura del Congreso de la Unión. Como a ellas, también se recuerda a la maestra María del Socorro Blanc Ruíz como la primera mujer presidente municipal del país en San Luis Potosí, a las tres mujeres que se convirtieron en las primeras en ser electas como diputadas locales en Yucatán y en todo México, y más recientemente a Rosario Robles Berlanga al haber sido en 1999 la primera jefa de Gobierno del Distrito Federal. Todas ellas, forjaron el camino para que las mexicanas nos incorporáramos a la toma de decisiones en nuestro país.

Situándome en lo actual, durante más de un año como ciudadana y diputada federal yo, Ivonne Díaz Tejeda, he compartido a ustedes por este medio reflexiones, ideas, preocupaciones, señalamientos y críticas constructivas (al fin y al cabo, críticas). Para ello, he consultado y analizado información y datos duros, he advertido el comportamiento de los principales actores políticos y los abusos del poder público, he observado la falta de resultados y la mala inversión del gasto público, y con pesar he atestiguado el desgaste deliberado de nuestras instituciones.

Por eso no puedo omitir mencionar que los resultados del proceso electoral más grande que hemos tenido al elegirse poco menos de 20 mil cargos nos sorprendieron a millones de personas al ser favorecidos los partidos del oficialismo con más de 35 millones de votantes para la Presidencia de la República, la mayoría del Congreso Federal, las seis de ocho gobernaturas, la Ciudad de México y la mayoría de los congresos locales y alcaldías.

Y es que, ¿cómo se pudo premiar a un mal gobierno que, por dar un ejemplo muy doloroso, registró 280 asesinatos dolosos el fin de semana pasado? ¿Cómo se respaldó a un partido político a cuyos legisladores vi desde el Congreso ser incondicionales del Ejecutivo y actuar como su oficialía de partes para recibir y dar trámite a sus iniciativas sin observación alguna? ¿Cómo se prefirió la continuidad de un gobierno que permitió el incremento del crimen organizado y de los "derechos de piso"; que desmanteló financieramente al sector salud y al educativo; que propició el desabasto de medicamentos; que no atendió las crisis del agua y la energética; que no se preocupó por contener el alza en los alimentos, gasolina y luz; que extinguió 109 fideicomisos, entre estos el Fonden, con el que se atendían los daños causados por desastres naturales; que buscó ocultar a la población el aumento de casi 50 por ciento de la deuda del sector público (10.6 billones de pesos en 2018 a 15.4 en 2024); que abandonó al campo y a la infraestructura del país; que degrado nuestra política exterior; y que practica y solapa la corrupción descarada, la impunidad, las mentiras y en cinismo?

Los resultados electorales nos llevan a una realidad: el mapa político del país y la composición de las fuerzas políticas cambiaron radicalmente. No obstante, esto no debe incidir ni en nuestra visión de un país más próspero y justo ni en los esfuerzos que en lo individual y como sociedad debemos mantener. En el presente siglo México ha sido gobernado por PRI, PAN y Morena, cada uno de sus gobiernos en contextos políticos, económicos y sociales particulares. Esto da cuenta de que la sociedad mexicana es cambiante en cuanto a sus preferencias electorales y de gobierno, por lo que los partidos están obligados a modernizarse y quienes nos gobiernan deben ser responsables, capaces, honestos y, sobre todo, dar resultados.

Por mi parte, llegado el momento y desde Nayarit seré observadora de los acontecimientos económicos, políticos y sociales de mi país y colaboraré en todo aquello que esté a mi alcance.

*Diputada federal

Escrito en: OPINIÓN EDITORIALES mujer, país, primera, México

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