Pista.Trotapista de tartán por la que pueden transitar los duranguenses.
En octubre del año 2020 inició la construcción de una de las obras más controversiales en Durango.
Sin duda, el puente vehicular Francisco Villa causó muchas molestias, especialmente para los habitantes de aquella zona.
Desde el año 2018, la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente (SRNyMA) emitió una Evaluación del Impacto Ambiental de la obra y, con ello, la inconformidad de grupos ambientalistas y de algunos sectores de la población.
No solo fueron las pérdidas económicas, sino el estrés y caos vía que generó esta obra que inició con el Gobierno Estatal anterior, pero que por fin concluyó este año, en una nueva administración, para beneficio de los duranguenses.
Se hizo un esfuerzo de reforestación, pues se extrajeron los árboles que se encontraban sobre el bulevar Francisco Villa; pero se volvieron a plantar y se buscará colocar más árboles alrededor de la ciudad.
La construcción representa no solo un paso vehicular, sino también un espacio de esparcimiento para los duranguenses.
Bajo el puente se ubican algunas áreas para hacer ejercicio, mobiliario urbano, una trotapista de tartán y, desde luego, los señalamientos para los que transiten por ahí.