Registro. Mucha gente cree que en Durango no se aplican este tipo de terapias, pero sí hay casos.
Violencia psicológica, discriminación, violaciones correctivas, tortura, entre otras situaciones sufren las personas que son sometidas a las terapias de conversión, porque sus familias no aceptan su orientación sexual.
Los casos registrados o testimonios de quienes viven este tipo de terapias son pocos, porque son personas que no denuncian, no señalan. Entonces, no se puede proceder.
Es por eso que son necesarias las sanciones para quienes promuevan esas acciones, que violentan la libertad de las personas para desarrollarse como bien les plazca, explicó la regidora Guadalupe de la Parra. Ese tipo de terapias, todas en mayor o menor medida, subrayó, son violentas, por la afectación psicológica, la presión en grupos religiosos o militares, que sí existen aunque mucha gente considera que no.
Muchas veces, añadió, los padres de familia pueden tener buenas intenciones, pero caen en este tipo de terapias que dejan malas experiencias a los hijos.
INICIATIVA
La regidora, como integrante de la Comisión de Derechos Humanos del Cabildo, estuvo presente en la presentación de la iniciativa en el Congreso del Estado de Durango, para erradicar las terapias de conversión o los Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género (ECOSIG).
La iniciativa se ha trabajado por diferentes grupos a nivel nacional por más de siete años, porque ese tipo de terapias se realizan en el país y en el mundo y es necesario erradicarlas. Se pretende proteger al ciudadano si llega a ser víctima de la terapia, para que se puede defender a través de un código penal.
Vamos avanzando a un Durango más inclusivo, para que nadie sea sometido a tratos inhumanos por su orientación sexual o identidad de género, enfatizó. La iniciativa fue presentada por el diputado Martín Vivanco, con el objetivo de eliminar estas prácticas y garantizar el respeto pleno a la diversidad en la entidad.