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Regresa repotenciada 'la costumbre del poder' en México

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Regresa repotenciada 'la costumbre del poder' en México

Regresa repotenciada 'la costumbre del poder' en México

HÉCTOR SÁNCHEZ GUTIÉRREZ

Las novelas reflejan temas como el abuso de poder, la corrupción y la moralidad política, dándonos una visión penetrante de las dinámicas que han influenciado la historia y la sociedad mexicana. Don Luis Spota escribió una serie de novelas sobre las décadas de 1950 y 1960 que denominó "La Costumbre del Poder", relatando el crecimiento económico y estabilidad social de la mitad del siglo XX, describiendo el ambiente marcado por la corrupción y el autoritarismo de un poder en pocas manos utilizado para mantenerlo a toda costa, pero respetando los ciclos constitucionales en el poder.

A pesar de ser una etapa de crecimiento, no lograron que los beneficios se distribuyeran equitativamente por la voracidad generada que acabó con la capacidad de continuar, iniciándose un lento proceso de creación de instituciones fuertes que contuvieran ese autoritarismo podrido.

La corrupción es un mal endémico que permea profundamente al gobierno y sociedad, una práctica aceptada para el funcionamiento de la política y la economía que sigue provocando una profunda desigualdad y frena el progreso social e integral.

El abuso de autoridad es una tentación y ambición latente para quien ocupa nuestro Poder Ejecutivo, ya constitucionalmente fuerte, provocar descontrol interno de la burocracia, manipular elecciones, vigilar opositores, emplear ilegalmente información oficial, solapar actos de corrupción y conductas inapropiadas de familiares y funcionarios ignorando sistemas de control y transparencia para prevenir estos abusos, siguen siendo algunas formas de intentarlo.

El despotismo ha regresado abruptamente, centralizando el poder en unas cuantas figuras de autoridad que controlan la población e instituciones sin importarles oposición o crítica, manipulan, censuran y reprimen, limitan libertades y participación democrática, desquician la vida cotidiana, toleran una creciente inseguridad que restringe oportunidades económicas y sociales.

Superando aquella costumbre del poder al frenar el desarrollo socio-económico que recibieron, rompiendo la unidad, estabilidad e integridad nacional y cediendo facultades del Poder Ejecutivo a una emergente y poderosa delincuencia organizada.

Se apropian la potestad de decidir entre ser honesto o ceder al interés personal, escoger entre el financiamiento de campañas electorales o invertir en sus responsabilidades de gobierno, distorsionar la verdad para obtener ventajas políticas, comprar electorado sin principios y valores morales, privilegiar intereses personales en decisiones económicas y proteger prácticas poco éticas o ilegales.

"Negarse a cumplir y hacer cumplir la ley que se juró, asumiendo impartir justicia como único representante del pueblo, define una actitud trastornada".

Actualmente se han utilizado varias estrategias para resistir, como manifestaciones masivas y pacíficas, "La Marea Rosa", periodismo de investigación con información acreditada, académicos nacionalistas, presencia creciente en redes sociales y estudios especializados diversos que desafían las acciones opresivas del sistema.

Obteniendo como respuesta oficial pública la normalización de acciones represivas y estigmatizantes contra personas e instituciones, incluyendo el uso de instancias de procuración de justicia, ya bajo el control centralizador.

Nuestra histórica lucha por la justicia social y la democracia, enfrenta periódicamente el autoritarismo y corrupción que desprecia la transparencia, rendición de cuentas y participación ciudadana que destruye instituciones democráticas, rechaza políticas inclusivas y equitativas, la protección de los derechos humanos y manipula la participación de la sociedad civil en los procesos de toma de decisiones importantes.

Pervierte la educación cívica que «enseña-haciendo ética política», aniquilando la honestidad, rectitud y decencia del servidor público que abre al escrutinio acciones, gastos, decisiones y logros acreditados obtenidos; finca responsabilidades a responsables; fomenta la participación activa con mecanismos comprobables. Retorciendo los escasos principios y valores positivos prevalecientes.

Los Objetivos y Formas Constitucionales se definen y modifican "conciliando" las aspiraciones y necesidades históricas aun presentes de los mexicanos con las capacidades y atribuciones democráticas que tienen los tres poderes autónomos de su gobierno, escuchando todas las voces especializadas existentes en los ámbitos académicos, sociales, políticos, económicos y culturales con alta calidad acreditada en sus investigaciones.

Solo la "integridad" honesta, transparente y responsable construye sociedades justas y equitativas.

La declaración de instalar un Parlamento Abierto de la Señora Sheinbaum fue una alentadora y efímera propuesta de apertura democrática. El análisis de la UNAM renueva la posibilidad de un debate con rigor técnico, profundidad argumentativa y pluralidad, sin atender apresuramientos despóticos.

"Imponer el cambio del sentido de las leyes y la forma de impartir justicia en el último mes de un mandato, solo muestran preocupación por conservar la impunidad".

Sigue derramándose sangre por el sufragio efectivo y la no reelección, que no sucumba nuestra Constitución ante el poder arbitrario y hagamos prevalecer "la auténtica alternancia temporal" en el ejercicio del poder.

* El autor de esta colaboración es General de División, Diplomado de Estado Mayor y Maestro en Seguridad y Defensa Nacionales.

Escrito en: OPINIÓN EDITORIALES corrupción, poder, participación, social

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