Y tú ¿qué tal te has portado en este año?

Recuerdas cuando eras pequeño creías en los cuentos de hadas, fantaseabas como sería tu vida, por la noche te echabas a la cama cerrabas los ojos y te abandonabas a tu fe. Santa Claus, estaba tan cerca que saboreabas con toda ilusión, durante todo el año los regalos que llegarían por haberte portado bien...

Los adultos les repetimos hasta el cansancio a los pobres niños que, más les vale portarse bien durante todo el año para que Santa Claus, les deje algo más que un poco de carbón... Decimos: "Haz lo que digo, pero no lo que hago" no estamos atentos a nuestro propio comportamiento y nos convertimos en personas incongruentes, debido a la brecha que existe entre lo que predicamos y practicamos.

Hasta que llega Diciembre, con su invierno, su obscuridad temprana y su entorno más silencioso, que nos ralentiza y nos induce a un estado de ánimo introspectivo, propicio para pensar en nuestras vidas, a fin de año nos volvemos un poco más reflexivos y miramos hacia adentro.

Los rituales y celebraciones invitan a mirar hacia atrás, recordar a quienes ya no están y valorar el tiempo con quienes amamos. Las festividades traen consigo un sentimiento de gratitud y nostalgia, y ambas emociones propician la reflexión. Estos encuentros no solo permiten reconectar, sino que también abren espacios para conversaciones profundas y emotivas sobre nuestras vidas, aspiraciones y recuerdos.

En Diciembre, se hace natural revisar lo que hemos vivido y evaluar si logramos las metas que nos propusimos al inicio del año, de forma casi automática, hacemos un balance de lo bueno y lo malo, lo logrado y lo perdido, reflexionamos sobre nuestras decisiones y nos preguntamos: ¿Qué tal me he portado? ¿He cumplido con mis propósitos? ¿Estoy donde quiero estar?...

El final del año representa un cierre emocional y la oportunidad de renovar nuestro propósito. Nos vemos impulsados a hacer un «borrón y cuenta nueva», lo cual es un mecanismo psicológico valioso. Este acto de cierre y reinicio es una manera de procesar nuestros errores, hacer las paces con el pasado y trazar un camino hacia el futuro. La idea de un «nuevo comienzo» nos motiva a definir lo que queremos dejar atrás y lo que queremos construir en adelante. Este análisis es una forma de entender nuestro propio crecimiento y de proyectarnos hacia el año siguiente.

Reflexionamos para poder cerrar el ciclo con una sensación de avance y preparación para lo que viene. Cuando aceptamos los No y los Si de la vida, podemos vivir con mayor conciencia y paz.

Somos co creadores, tú te generas una vida extremadamente bonita, tú te generas una vida igualmente complicada, te generas una mente abierta, expandida, serena y clara y tú te generas una mente estrecha, limitada, obscura y apachurrada, eso se refleja en tu vida: tu energía. De nuestro interior depende nuestro nivel energético, y de nuestro nivel energético, depende nuestra realidad.

Pregúntate checa como piensas, como sientes, como vives, si no te gusta ¡cámbialo! Si te sientes a gusto, date un aplauso por lo bien que lo has hecho.

Es tan difícil dejar que los cuentos desaparezcan, a casi todo el mundo le queda una mínima esperanza que un día abrirá los ojos y verá que se han hecho realidad. A veces el cambio que tanto deseas está en las decisiones que no tomas. Cada uno somos responsables de nuestra salvación o nuestra condena.