¿Y tú?¿Qué ejemplo le das a tu hijo?...

No saben cuántas veces en terapia escucho la frase: "me quedo con mi pareja por mis hijos nada más"... parece muy noble la intención, sin embargo, el ejemplo que les damos a los niños es de no luchar y buscar plenitud. ¿Tú quisieras que tus hijos encontraran su felicidad de adultos cierto? Entonces te invito a que pienses detenidamente lo que realmente están aprendiendo de esta decisión...

¿Sabías que entre los 15 y 17 se fija en la psique de los adolescentes la imagen de lo que es una relación de pareja?si no predican con el ejemplo lo que es una pareja que se ama, se respeta, se tolera, una pareja que sabe negociar y comunicarse, seguramente el día de mañana se van a conseguir otro como al que tú ya no soportas. Uno busca lo que conoce, lo que le es familiar, el tipo de pareja o de relación que vimos con nuestros padres.

Elegir quedarse en el matrimonio por los hijos es una factura impagable para ellos, no te ahorres la culpa de darles una familia separada o acabarás pagando la culpa de haberles dado una vida infeliz.

Cuando los padres pelean todo el tiempo, en donde constantemente hay tensión, enojo, gritos, golpes e indiferencia, los hijos lo viven con miedo o enojo en su propio hogar ¿hasta cuando vas a seguir manteniendo tu relación con vida artificial?

Es cierto, si te divorcias le quitas la estabilidad a los hijos, pero también le das la estabilidad de la mente y el corazón de su madre o padre.A veces el divorcio puede parecer como fracaso, pero es un cambio en el rumbo de la vida, un cambio de planes, a veces eso de que "hasta que la muerte nos separe" es una incitación al asesinato.

Prometemos amor eterno, cuidarnos y respetarnos, prometemos estar juntos en la salud, en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe, prometemos votos optimistas y llenos de esperanza en un mundo cambiante e impredecible.

Una madre que soporta la violencia, "lo hago por mis hijos" los ¡castra! aprendemos lo que vemos como primates que somos. En realidad, les das un mal ejemplo de falta de respeto y de mentiras.

Un divorcio marca el fin de una relación de pareja, pero también es la transformación de una familia, es un reto para todos, la familia siempre va a existir, hazles saber a tus hijos que los vas a querer siempre, a veces ocurre que ya no se puede continuar cargando un cadáver, a veces entre papá y mamá ya no alcanza el amor y esto es algo que tiene que ver sólo con los dos.

Los barcos, como las relaciones, no están hechos para hundirse, pero cuando están muy dañados, en ambos casos es mejor usar a tiempo los botes salvavidas.

Una buena negociación es aquella en la que los dos se quedan con algo y claro perdieron algo, pero al final ganaron paz. Las buenas relaciones la hora de la verdad no son producto del destino, sino de la manera de sobrellevar los desacuerdos, comunicarnos y tomar decisiones... hay que dejar a un lado el veneno y la daga y buscar tu propio final feliz, uno solo no puede jalar el carrito de la relación.

Más bien lo que las parejas con hijos deberían vigilar con solemne promesa es, que pase lo que pase, encontrarán la forma para continuar siendo una familia. No importa que ya no estén de acuerdo, que no puedan vivir más juntos, que ya se hayan aburrido el uno del otro o que tengan otras parejas, si deciden ser padres tienen que prometerse ser tan evolucionados y maduros para continuar teniendo momentos de convivencia amorosos y alegres con los hijos, sin involucrarlos en sus conflictos. Esto sería un ejemplo de amor eterno...