200 días
En el contexto gubernamental, los primeros 100 días de un nuevo gobierno se pueden considerar como un parámetro para imaginar como pudiera transitar un sexenio: las diferencias en las políticas públicas con el gobierno que le antecedió; se analiza el estilo personal de gobernar de quien encabeza el poder ejecutivo; se manejan hipótesis de las decisiones claves que tomará a lo largo del sexenio, etc.
El día de ayer el gobierno entrante a nivel federal celebró sus primeros 100 días. Al igual que en el sexenio anterior, se privilegia lo simbólico: el Zócalo de la Ciudad de México ocupado por miles de personas a las que se les dieron "facilidades" para asistir desde otras entidades de la República gobernadas por el régimen; sindicatos que antes pertenecían, orgullosamente, al priismo, hoy son, orgullosamente, morenistas y acuden al llamado del poder, al igual que lo hacían hace 60 o 70 años.
Al igual que en el pasado priista y durante el sexenio anterior, la retórica nacionalista hizo su aparición en el zócalo de la Ciudad de México: seremos una potencia científica, sin embargo, el presupuesto asignado a estas áreas no permite suponer un cambio cualitativo en ciencia y tecnología en el corto plazo.
Para muestra basta un botón: la vacuna "Patria" contra el COVID que se prometió durante la pandemia, a principios de 2025 todavía no está lista, aun cuando formalmente la Organización Mundial de la Salud declaró en mayo de 2023 que la pandemia había terminado.
Saque usted sus conclusiones, estimado (a) lector (a) de la capacidad que tiene el sector de ciencia y tecnología en México. Ciertamente se puede adquirir tecnología y adaptarla al contexto mexicano, pero eso es claramente diferente a innovar y crear tecnologías disruptivas a partir de avances científicos desarrollados en el país.
Otra retórica nacionalista que se escuchó ayer en el Zócalo de la Ciudad de México es la posición de nuestro país ante el cambio de gobierno en los Estados Unidos: mantener la frente en alto ante el inminente arribo de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos, que seguramente tendrá un inicio caótico con la muy posible imposición de medidas que tendrán un impacto inmediato en la relación bilateral.
La exigencia para utilizar a las fuerzas de seguridad mexicanas como disuasivo para evitar que las y los migrantes de Centroamérica lleguen a la frontera con los Estados Unidos; además de la deportación de migrantes indocumentados y la imposición de aranceles. Si estas amenazas se llegan a materializar, servirán como prueba para que veamos la diferencia entre la tan gustada retórica nacionalista del régimen y las acciones que realmente se tomen para hacer frente a lo que haga el próximo Presidente de los Estados Unidos.
En este contexto, en lugar de celebrar 100 días de inicio, que principalmente han servido para concretar el plan maestro de destrucción institucional decretado por el anterior Presidente de la República, sería mejor esperar a que se cumplan los 200 días a nivel federal, lo que nos permitiría analizar las acciones que tomará México frente al nuevo gobierno de los Estados Unidos y la retórica nacionalista utilizada el día de ayer en el Zócalo de la Ciudad de México.
X: @jesusmenav