
Alcalde sustituto o instrumento electoral
A pocos días de que den inicio las campañas electorales en Durango, las lecturas políticas advierten que, al menos en la contienda por el municipio de la capital, los frentes del proselitismo quedarán abiertos no solamente en territorio, sino además en el debate entre regidores del Cabildo y diputados en el Congreso del Estado.
En el contexto político local, la maniobra del PRI y el PAN para designar a Bonifacio Herrera Rivera como alcalde sustituto, y la postura de Morena tanto en el Legislativo así como en el propio Cabildo, evidencian estos dos campos de batalla en los que cada palabra, de cada edil y de cada diputado, será clave e trascenderá al plano del proceso electoral.
La reciente declaración del diputado morenista y quien preside el órgano interno de gobierno en el Congreso, Héctor Herrera Núñez, en el sentido de ver la posibilidad de que el municipio pueda convertirse en una "casa de campaña alterna" para Toño Ochoa, agudiza la desconfianza ciudadana al dar cuenta que las estructuras del poder siguen siendo utilizadas para beneficiar a ciertos intereses electorales.
Y es que queda expuesto y latente el riesgo de que, como casi siempre ocurre, puedan también utilizarse a discreción los recursos públicos en las campañas, aunado que, en el caso de la reelección de Toño, el municipio sea transformado en un espacio de promoción personal y partidista, sin que pueda haber norma que lo impida.
Más allá de la alusión contra Toño Ochoa, la crítica hace un llamado a la reflexión sobre las leyes que rigen la sucesión temporal de los cargos públicos, específicamente la figura del alcalde sustituto. El debate no solo está vinculado al destino de la administración de Durango, sino también a la necesidad de revisar la legislación que permite a personas no elegidas por voto popular asumir el cargo de presidente municipal.
La propuesta de Héctor Herrera de modificar la ley, para que los alcaldes suplentes ocupen el cargo en caso de licencias del titular, abre una discusión fundamental sobre la transparencia y legitimidad en el ejercicio del poder municipal. Esta propuesta se enfoca en eliminar vacíos legales que podrían facilitar que intereses ajenos al voto ciudadano tomen el control de la administración local.
La postura de Morena, alineada con su estrategia electoral, abre la puerta a un debate sobre la necesidad de reformas que aseguren que los suplentes asuman el cargo sin crear fisuras que afecten la representatividad popular. De cara al 1 de junio, lo que parece claro es que la política en Durango está marcada por la disputa de poder y la búsqueda de condiciones equitativas para todos los actores involucrados.
La pregunta que se plantea al final es, entonces, ¿cómo lograr una mayor transparencia en el uso de los recursos públicos en tiempos electorales? ¿Cómo garantizar que las instituciones no se conviertan en palancas para el poder de unos pocos? Lo que está en juego no es solo la legitimidad de los gobernantes actuales, sino el respeto a las leyes que sustentan el pacto social entre gobernantes y gobernados.
EN LA BALANZA.- El lamentable desenlace de la elección en la FEUD deja en evidencia la fragilidad democrática dentro de la comunidad universitaria, y el riesgo de que la violencia y la imposición sustituyan el debate y la participación estudiantil. Las irregularidades reportadas no solo comprometen la legitimidad del proceso, sino que también muestran una crisis más profunda: la politización y el secuestro de los espacios de representación por intereses ajenos a los estudiantes.
X: @Vic_Montenegro