Violencia. Irene fue amarrada de las manos y llevada a un cuarto, donde fue encerrada tan solo por tratar de proponer un punto de acuerdo en una asamblea comunal indígena
En pleno siglo XXI, y mientras México cuenta con una mujer al frente de la Presidencia de la República, en la comunidad San Francisco de Lajas, municipio de Pueblo Nuevo, ocurrió un acto de violencia de género. Durante una reunión comunal, dos mujeres fueron amarradas y encerradas por tres horas, en presencia de representantes del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), simplemente por expresar sus puntos de vista en la asamblea.
Una de las afectadas, Irene Chamorro Tomás, de 47 años, presentó una denuncia formal, aunque considera que las autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE) no han tomado el caso con la seriedad necesaria, ya que no se han iniciado trabajos de investigación.
Los hechos ocurrieron el 28 de julio de 2024, en el marco de una asamblea comunal convocada para modificar los estatutos y reglamentos internos, a solicitud del INPI.
En la reunión estuvieron presentes Carlos Vera, representante del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, junto con Manuel Ortiz Díaz, comisariado de San Francisco de Lajas.
Todo transcurría con normalidad hasta que Alfreda Alvarado Bautista, de 38 años, pidió a Paulina Tomás, tesorera del Comisariado, que levantara la voz en defensa de los derechos de las mujeres. para eliminar de los usos y costumbres la práctica de impedirles opinar y votar a las mujeres en las asambleas.
La propuesta desató una discusión acalorada. Los hombres presentes comenzaron a protestar y gritar en contra de Alfreda, mientras Irene Chamorro Tomás, quien en ese momento estaba realizando figuras artesanales, alzó también la voz en apoyo.
Ambas mujeres exigieron respeto y pidieron que se les permitiera participar de manera igualitaria en las decisiones comunales.
Sin embargo, la situación escaló rápidamente. Según el relato de Irene, el entonces gobernador tradicional, Alberto Chamorro, ordenó que ambas mujeres fueran amarradas y trasladadas a un cuarto.
Durante el altercado, Alfredo Chamorro Padilla, hijo del gobernador tradicional, agredió verbalmente a Irene, amenazándola de manera vulgar mientras la sujetaba por la espalda: "vete a la v..., o te la meto toda".
Irene logró zafarse, pero finalmente fue sometida, amarrada de las manos y encerrada en un cuarto durante tres horas.
"Me soltaron cuando la asamblea ya había terminado. Al día siguiente, el 29 de julio, viajé a la ciudad de Durango e interpuse una denuncia en contra de la mesa directiva por intento de violación y privación ilegal de la libertad", narró Irene. La denuncia quedó registrada con el folio CDI/FGE/R1/DGO/09661/24.
Irene también expresó su indignación por la actitud pasiva del representante del INPI, quien, a pesar de estar promoviendo la participación de las mujeres en las asambleas indígenas, no intervino para detener las agresiones ni evitar que fueran privadas de su libertad.
Este caso refleja, señaló, los desafíos que aún enfrentan las mujeres en comunidades indígenas, donde las prácticas discriminatorias basadas en usos y costumbres persisten, a pesar de los avances legales en materia de igualdad de género.
El Siglo de Durango
Dicen en el INPI desconocer lo sucedido
Desconocía el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas de Durango (INPI) que dos mujeres hayan sido amarradas solo por opinar en asamblea comunal. Reconoce la delegada que todavía en algunas comunidades indígenas es difícil darles la voz a las mujeres.
Olga Santillán, delegada del INPI, dijo desconocer lo sucedido en la comunidad San Francisco de Lajas donde en una asamblea comunal los varones amarraron y encerraron a dos mujeres solo porque querían hacer uso de la palabra.
Cuando se le comentó que había personal del mismo INPI en la asamblea, dijo a ella no se le informó nada, pero que habría de investigar.
No obstante, reconoció que, a estas fechas, todavía existen algunas zonas donde los usos y costumbres de las comunidades indígenas mantienen relegada a la mujer, "cada vez son menos, pero todavía existen zonas", comentó Olga Santillán.
