La belleza natural de Mazatlán, Sinaloa, se vio empañada por un trágico hallazgo, una ballena jorobada apareció sin vida frente al emblemático malecón, enredada en redes de pesca.
Este lamentable suceso ha encendido las alarmas entre ambientalistas y autoridades, pues evidencia la amenaza que las actividades humanas representan para la fauna marina.
Este gigantesco cetáceo quedó atrapado en un chinchorro de pesca, artefacto que suele ser utilizado de forma indiscriminada en diversas zonas costeras. A pesar de los esfuerzos de pescadores locales y cuerpos de rescate por liberarla a tiempo, la ballena no sobrevivió.
El caso ha sido calificado por expertos como un ecocidio, ya que las redes de pesca abandonadas o mal manejadas son una de las principales causas de muerte para especies marinas protegidas.
Las ballenas jorobadas, en particular, migran cada año a las cálidas aguas del Pacífico mexicano para reproducirse, convirtiendo estos mares en un santuario natural. Sin embargo, su presencia está cada vez más amenazada por la negligencia humana.
Activistas locales exigen una mayor regulación en el uso de redes de pesca, así como sanciones más severas para quienes las empleen en áreas donde transitan especies vulnerables. También se ha solicitado un monitoreo constante en los alrededores del puerto para evitar tragedias similares.
El protocolo de entierro y las críticas al manejo del caso
Tras el hallazgo, las autoridades activaron el protocolo para el manejo de especies varadas. La ballena fue enterrada en una zona controlada, pero no sin controversia. Algunos sectores han señalado que las medidas preventivas son insuficientes, ineficientes y que, aunque los procedimientos posteriores sean adecuados, no resuelven el problema de fondo.
Aunado a todo esto, habitantes y turistas que presenciaron el hecho compartieron su indignación en redes sociales, calificando la situación como un reflejo de la falta de cuidado hacia el medio ambiente.