
Cada vez son menos los jóvenes que optan por el sacerdocio: Noé Soto
A lo largo del tiempo ha ido bajando el interés de las nuevas generaciones por la labor sacerdotal, aunque esto no ha llegado al extremo de provocar algún déficit en los templos y parroquias de Durango.
“Bueno, gracias a Dios que no nos faltan. Tenemos nosotros todavía bastantes seminaristas que están cursando tanto en el seminario mayor como en el seminario menor. Desde luego que quisiéramos tener más como siempre, pero hasta el momento no tenemos ni una parroquia sola, lo que es una noticia positiva. Tenemos bastantes sacerdotes mayores, algunos ya enfermos que nos gustaría ya poderles dar su descanso y no tenemos todavía quien los sustituya, pero tenemos esperanza”, manifestó el padre Noé Soto.
Expuso que en los próximos días se ordenará un nuevo diácono lo que representa una esperanza, “se acaba de ordenar también otro sacerdote y tenemos 50 seminaristas en el seminario mayor, lo que es una buena esperanza para nuestra iglesia. Desde luego que nos gustaría tener muchos más, pero con esto estamos pudiendo sobreponernos a las crisis que pudiéramos tener en las iglesias”, explicó.
No obstante, esto ha provocado que la mayoría de los sacerdotes que hay en la ciudad de Durango sean adultos mayores.
“La mayoría de sacerdotes de aquí de la ciudad sí, porque a los jóvenes normalmente los mandamos a los municipios y los mandamos a las comunidades un poquito más lejanas que necesitan de sacerdotes más jóvenes, más fuertes y luego los vamos trayendo aquí a Durango para que ya tengan un poquito más de tranquilidad y puedan llevar a cabo su trabajo ministerial”, estableció.
Y es que, ha bajado considerablemente el número de seminaristas. “Antes teníamos en promedio cien seminaristas en el seminario mayor, ahorita estamos con un promedio de unos 50 a 60 seminaristas que nos ayudan para mantener cubiertas todas las parroquias pero si nos gustaría tener más”, señaló.
Y atribuyó esta situación a que se trata de una carrera larga y ahora hay más opciones para los jóvenes.
“Antes casi era lo único en lo que se podía estudiar, ahí estudiaban y había muchos sacerdotes. Ahora ya hay muchas profesiones y por eso hay mayor diversificación. Y en segundo lugar, que la carrera del sacerdocio es muy larga, tenemos que estudiar ocho años de profesional; y también es difícil vivir en el modo de ser de los sacerdotes, las exigencias que se tienen y por eso es más complicado actualmente”, externó.
Además de que es una carrera bastante larga, también van desertando en el camino. Si entran 20, se gradúan tres ó cuatro. “Aunque tenemos bastantes seminaristas, tristemente la formación es muy larga, son ocho años de profesional y por eso tardamos más en poder ordenar sacerdotes. Se ordenan en promedio tres sacerdotes al año, aproximadamente”, manifestó.
