
Alfredo Payán agradeció a los asistentes y a todos aquellos que lo han acompañado en este viaje teatral a lo largo de los años.
Maika Teatro lo logró. La compañía duranguense presentó su función número 200 de "El príncipe feliz", una obra de títeres que adapta la historia original del clásico cuento homónimo de Oscar Wilde.
Con el Teatro Victoria como escenario, la compañía ofreció una función especial para conmemorar este ducentésimo montaje. En escena, el maestro titiritero Alfredo Payán, apoyado por la música, la iluminación y el talento de su equipo, dio vida a esta historia de amor y generosidad entre una estatua y una golondrina. A través del compañerismo y la empatía, ambos personajes enfrentan las injusticias de la humanidad, transmitiendo un mensaje que sigue vigente.
La obra se desarrolla con el talento actoral y escénico de Payán, quien, junto con el equipo de Maika Teatro, da vida a este relato escrito en 1888. Hoy, más de un siglo después, la historia resurge para cautivar a espectadores de todas las edades, como ocurrió en esta función, que atrajo a decenas de duranguenses y prácticamente llenó el teatro.
Un recorrido con "El príncipe feliz"
Al concluir la presentación número 200, Alfredo Payán agradeció a los asistentes y a todos aquellos que lo han acompañado en este viaje teatral a lo largo de los años.
"En 2009 recibí una llamada. Me pidieron un montaje de títeres para niños y me pareció una excelente oportunidad para acercarme al público infantil a través de este tipo de teatro", recordó Payán en su intervención.
"Y ahí comenzó esta historia que nos ha llevado a casi todos los rincones del país. Nos abrió las puertas a otros lugares, como Cuba, Perú, Argentina, República Dominicana (...). Cuando menos acordamos, ya estábamos en Uruguay. Después nos hablaron de Canadá para presentarla en español y en inglés", añadió.
Sin embargo, también confesó que hacer teatro no ha sido fácil y que, en más de una ocasión, pensó en dejarlo. "En algún momento pensé: 'Hasta aquí llegó el teatro, ya me cansé de hacer títeres'. Y de repente, al despertar, veía el celular y nos invitaban a algún lugar nuevo, a algún festival. Así que esta historia nos ha llevado a muchas partes. Es un proyecto al que le hemos puesto mucho cariño. Créanme, hubo momentos en los que me daba miedo pararme en el escenario, así que estoy muy agradecido", expresó.
Tras agradecer primero a su familia y a la compañía Maika Teatro, Payán también dedicó unas palabras al creador de esta historia, Oscar Wilde.
"Quiero recordar a esta persona que fue juzgada por ser diferente pero que nos dejó grandes historias. Hoy no estaríamos aquí si él no hubiera escrito esta obra. Tuve la oportunidad de estar en su tumba, frente a su casa... Donde quiera que esté, gracias, Oscar Wilde, por llenar nuestros corazones con esas bellas letras", concluyó.
Develación de placa conmemorativa
Para cerrar la noche, se develó una placa conmemorativa por las 200 funciones de "El príncipe feliz". En el escenario, Alfredo Payán estuvo acompañado por sus familiares más cercanos y autoridades del Instituto de Cultura del Estado de Durango, entre ellos su director, Francisco Pérez Meza; la directora del CECOART, Alma Barajas; y el director del Teatro Victoria, Ricardo Cárdenas.
También estuvo presente el periodista Juan José Nava, quien a lo largo de los años ha documentado las presentaciones de Maika Teatro, especialmente las de esta emblemática obra.
Con el paso del tiempo y la evolución del teatro, "El príncipe feliz" sigue demostrando el verdadero valor de los títeres y del arte escénico, reafirmando la importancia de seguir haciendo teatro.



