Día tras día, niños y niñas reciben un plato de comida en la casa de doña Felipa.
El siglo de durango
Por las tardes, Doña Felipa García González transforma su hogar en un espacio donde, de lunes a viernes, niños y niñas encuentran no solo un plato de comida, sino también un lugar seguro lleno de armonía y calidez.
Se trata de "Manos Unidas", el comedor comunitario, ubicado en la parte sur de la ciudad de Durango bajo la calle Primo de Verdad, frente al "Servicio Gasolinero El Primo".
En este lugar, donde los niños comen, también es punto de encuentro para que jueguen a la lotería y convivan. Una labor de esfuerzo de Doña Felipa y sus hijas, quienes le ayudan para que los pequeños tengan un plato de comida. Tacos de jamón o de salchicha y "cuando se puede les damos enchiladas, que les encantan". "Yo con que los vea reírse me doy por bien servida, yo me siento a gusto con ellos", dice con una sonrisa que refleja la pasión por su labor.
Pero este comedor comunitario no siempre existió: todo comenzó cuando una asociación llamada "Héroes sin capa" llevaba comida una vez por semana. Sin embargo, al poco tiempo dejaron de asistir, y los niños comenzaron a preguntar: "¿Por qué no nos da usted?". Doña Felipa, aunque al principio se sentía abrumada por la idea, decidió intentarlo. "Se me hacía muy pesado", confiesa, pero, tras hablar con sus hijas, dio el primer paso y comenzó a cocinar una vez por semana. Poco a poco, la necesidad creció y también su corazón para atenderla.
Hoy, después de más de un año sin faltar un solo día, su comedor recibe entre 30 y 40 niños cada tarde. Doña Felipa sostiene este esfuerzo, en gran parte, con recursos de su propio bolsillo; no obstante, acepta donaciones de cualquier tipo que puedan ser útiles para la casa y los pequeños como alimentos y ropa para esta temporada de frío, así como también juguetes.
Su casa es un remanso de esperanza donde los pequeños no solo encuentran comida caliente, sino también amor y comprensión. "Hay veces que vienen un poco más inquietillos y ya les digo: '¡Hey, chicos, más tranquilos, me duele la cabeza!' Y ya ellos entienden", comparte con amabilidad.
Doña Felipa necesita apoyo para seguir con su labor y acepta donaciones de alimentos, ropa de invierno y juguetes para los niños. Para quienes deseen contribuir, pueden dirigirse a su casa o contactarla directamente al número 618-304-3167. Cada aportación es una forma de continuar con esta labor que mantiene la sonrisa de muchos niños.
40
NI?OS
Son lo que reciben ayuda en el comedor comunitario.
EMILIO BARRIENTOS
Emilio barrientos
EMILIO BARRIENTOS