
De islas y canales
En esta ocasión le hablaré de dos lugares cuyos nombres en español no corresponden al idioma original, pero la costumbre los ha arraigado incorrectamente y conocemos estos toponímicos sin caer en la cuenta de la falta de coherencia entre la denominación original y la traducción al castellano.
El primer caso es el nombre del canal que media entre la isla de Inglaterra y el continente europeo, masa de agua denominado Canal de la Mancha, como si estuviera "en un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…"
Pero vemos que este paso entre las Islas Británicas y el continente de Europa, lejos de llamarse Canal de la Mancha en idioma inglés, se denomina English Channel, como si los británicos fueran sus dueños, pero en lengua francesa su nombre es La Manche, lo que significa manga, pues los pobladores de esa región veían al estrecho como una larga masa de agua, semejante a una manga. Los franceses no dieron -a diferencia de los ingleses- nombre a este paso como si fuera de ellos, es decir, no lo llamaron "Chaîne Française" (Canal Francés) o algo parecido, sino que lo nombraron basándose en las características del lugar, como sucede en la mayoría de las ocasiones.
La toponímica francesa es "La Manche" o "La Manga", pero por una confusión que los lingüistas llaman falso cognado, (que viene a ser una palabra parecida a otra en otro idioma, pero tiene un significado diferente) los hablantes del español confundieron su acepción al asociar el vocablo francés Manche con nuestra palabra Mancha y así quedó de fijo el nombre del canal.
Los alemanes no cayeron en el engaño de los españoles, y traducen correctamente del francés el nombre del canal, le llaman "Ärmelkanal", literalmente Canal de la Manga. Podemos notar que ellos desdeñaron la denominación inglesa y le llaman a la manera francesa, que no se apropia del lugar.
Sucede, pues, que el nombre está dado por un error de traducción, pero así se quedó, y todos en lengua española conocemos a ese estrecho como Canal de la Mancha, aunque La Mancha española esté lejos de ahí.
Algo semejante pasa con el lugar al que llamamos Islandia, que de hecho es una isla, pero su nombre original no lo dice así, sino que es Iceland, o sea "Tierra de Hielo" en español. De nuevo, los de habla hispana confundieron este vocablo, creyeron que Iceland significaba Islandia porque estas dos denominaciones son muy parecidas, y en vez de llamarlo "Hielolandia", le dieron el nombre más cercano según su pronunciación: Islandia.
No negamos que este país sea una isla ubicada en el Océano Atlántico Norte, cerca del Círculo Polar Ártico, pero el hecho de que sea ínsula no le da el nombre original, sino su frío perpetuo, de modo que el hielo es el elemento más común ahí, por eso le llama Iceland, Hielolandia, y no Isleland, Islandia.
En ambos casos se da la confusión de nombres parecidos, aunque de hecho cada una de estas nomenclaturas signifiquen cosas distintas. Los cognados siempre han dado lata a los traductores, pero sobre todo han hecho que la gente común crea que son palabras con el mismo significado nada más por su semejanza, como sucede con el sustantivo inglés Fabric, que en español no significa fábrica, sino tela, o library, que no es librería, sino biblioteca, y así sígale con algunos otros pares de palabras que pueden confundirnos por ser tan parecidos a veces muy cercanamente, pero que a la hora de traducirlas debemos atender al concepto y no a la forma de expresión.
De cualquier manera, en lengua española el Canal de la Manga es ahora el Canal de la Mancha, aunque los entendidos en idiomas se tuerzan de coraje e indignación por el error tan evidente. Además, Islandia así se llama y no Hielolandia porque la gente lo percibió de esa manera, creyó que el nombrecito se refería a una isla y no a una región donde el hielo es lo más abundante del medio ambiente. Los expertos en significados deben resignarse a estos errores, y nosotros, que ignoramos las minucias de los lenguajes, seguimos llamando a estos lugares no con mucha corrección, sin preocuparnos de su exactitud.