
Día Internacional de la Felicidad
¡Un día para estar feliz! ¡Wow! ¡Por supuesto!, La felicidad es una meta humana fundamental, la felicidad y el bienestar son aspiraciones universales de los seres humanos.
Los gobiernos y las organizaciones internacionales deben invertir en condiciones que favorezcan la felicidad mediante la defensa de los derechos humanos, el bienestar y medio ambiente, en el mantenimiento de la paz y el orden social, etc.
Pero ¿qué es tener un día feliz? Un día feliz incluye apreciar las pequeñas cosas. Significa centrarse en el aspecto positivo de la vida en lugar del negativo. Estar agradecido por lo que tienes en lugar de quejarte por lo que no tienes.
La felicidad no es tener lo que quieres, sino querer lo que tienes, ahí tienes a los de Bután, un país que desde principios de la década de 1970 reconoce el valor de la felicidad nacional sobre el de los ingresos nacionales y que prioriza la Felicidad Nacional Bruta sobre el Producto Nacional Bruto. Bután, es conocida como la Suiza de los Himalayas, situada entre China y la India, no llega al millón de habitantes y tiene numerosas particularidades. Entre ellas, que evalúa el bienestar de los ciudadanos mediante un cuestionario y sus resultados se han convertido en la herramienta fundamental para la planificación y evaluación de las políticas públicas. El 43% de las personas de Bután se declara feliz o muy feliz, el 48% relativamente feliz y el 9% infeliz. Ahí reina un ambiente de tranquilidad y no se perciben señales de estrés, las sonrisas denotan amabilidad y paciencia. Las estatuas budistas contagian tranquilidad. Sus calles, fortalezas y templos lucen limpios e impolutos. Las casas se construyen de la misma manera, en colores rojos o verdes, y con un máximo de plantas. No hay semáforos, ni se necesitan, la gente tarda poco en llegar al trabajo. Se dedican, mayoritariamente, a la agricultura.
En nuestra cultura, la felicidad se relaciona más con el cumplimiento de objetivos, la acumulación de posesiones materiales, los logros profesionales o la exhibición en las redes sociales. Aunque todos los seres humanos producimos happy hormones dopaminas, oxitocinas, endorfinas y serotoninas (satisfacción en la vida y autoconfianza), por el otro lado somos unos ¡tremendos auto saboteadores! albergamos pensamientos de terror y oscuros y aun así nos preguntamos ¿Por qué no puedo ser feliz?
Yo te pregunto: ¿Qué significa para ti felicidad? ¿Aparece cuando te cierran tus jeans talla 0?, ¿sabe a pastel de chocolate?, ¿está presente cuando estas a dieta?, ¿se logra cuando rechazas un taco al pastor o cuando estas en la paya con un bikini diminuto? o ¿es cómplice de un plato de galletas? ¡caray! ¿Por qué no puedo ser feliz? A veces se siente como que la felicidad se te escapa de las manos, no logramos ser felices por muchas razones, entre ellas, el estrés, la genética, la baja autoestima, los traumas, o los problemas de salud mental.
Lo que podemos aprender del reino de Bután, es que la felicidad está en el interior, no es un apego al mundo exterior, proviene del estado de conciencia, es un estado del ser: estar viviendo en plenitud, equilibrio y bienestar en cada aspecto de tu vida. Puedes estar pasando por un episodio triste, pero ser una persona feliz porque cuentas con la salud mental y emocional para superar tu dificultad. ¡Eso es la felicidad! Y cada uno trata de buscarla a su propia manera, necesitas actuar y buscar las condiciones necesarias que te permitan mantenerte en un estado de felicidad.
Nadie más puede decirnos qué te hará feliz o qué es lo más importante para ti. Esto es algo que todos tenemos que determinar por nosotros mismos, y una vez que lo hacemos, nuestro trabajo es luchar por ello.
No hace falta viajar a Bután ni convertirse en monje budista para adentrarse en este concepto de felicidad, quizá solo se trata de plantarle un besote al que te gusta, ver deportes con tu mejor amigo, darte un baño con agua calientita, regar tus plantas, pasear con tu perro o reunirte con tus personas favoritas para tomar un café, pintar, cocinar una buena pasta o ponerte a bailar, es una buena manera de disfrutar y tener una sensación de alegría para producir hormonas felices.
Uno de los remordimientos más comunes que las personas tienen al final de sus vidas es que desearían haberse permitido ser más felices. Esta respuesta indica que las personas sentían que mientras que alcanzar su felicidad estaba en su control, de alguna manera no se permitieron hacer las cosas que las harían felices...
