
Legado. El pequeño hijo de Guzmán Huerta adquirió la responsabilidad más grande en la historia de la lucha libre mexicana: Preservar el legado del Enmascarado de Plata, a costa del anonimato.
El menor de los 10 hijos de Rodolfo Guzmán Huerta, El Santo, ha transitado durante toda su vida con tranquilidad, como el resto de la familia.
"Salgo a la calle y nadie me conoce", relata. "Puedo andar en el Centro [Histórico], en un centro comercial y paso desapercibido, porque nadie sabe quién soy".
Aquel pequeño hijo de Guzmán Huerta adquirió la responsabilidad más grande en la historia de la lucha libre mexicana: Preservar el legado del Enmascarado de Plata, a costa del anonimato.
Pero hay una dualidad en su personalidad, un álter ego que emerge una vez que la icónica tapa plateada cubre su rostro. "Yo pienso que sí [da poderes]. La máscara te da una fuerza muy bonita, un poder, una energía muy positiva", describió El Hijo del Santo, en entrevista con El Universal.
Y este domingo la expondrá, en su gira del adiós, contra el legendario Fuerza Guerrera.
Descanso
Durante los últimos 42 años, el continuador de la Leyenda de Plata ha vivido conflictos con él mismo. Mientras el hombre que presta su cuerpo exige ya un descanso, el personaje, y sobre todo su afición, le piden resistir un poco más los castigos y estragos físicos que la lucha libre deja en los hombres y mujeres.
"Aquí hay un conflicto entre El Hijo del Santo y el hombre que está debajo de su máscara. El señor que está detrás de la máscara ya no quiere luchar, ya quiere cuidarse, pero El Hijo del Santo es necio", contó.
Amante de las historietas, pareciera que esto inspiró al menor de la familia Guzmán a encarnar una de las frases más célebres de este universo: "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad". Y justo así es como resuelve el conflicto interno. "Si le das vida [a El Hijo del Santo], le tienes que hacer caso... No sé si me explico. El Hijo del Santo es muy explosivo, lo retan y acepta", concluyó el icónico luchador.
Enrique Borja fue su ídolo
Toda una generación de mexicanos y extranjeros creció con El Santo defendiendo a la humanidad de todo tipo de monstruos y villanos, pero ¿salvar al americanismo?
El Hijo del Santo contó aquel momento en el que su padre lo reafirmó como americanista. El heredero de la Leyenda de Plata creció como un niño con el hábito de la lectura; su género preferido: Las historietas. Un delantero mexicano que tenía su propia publicación lo convirtió en el fan recalcitrante que es hoy en día.
"Le voy al América desde niño", contó el enmascarado. "Tuve un ídolo en la infancia, aparte de El Santo, que se llamaba Enrique Borja. Si te puedes fijar, me encantaba leer historietas, Borja tenía una llamada 'Las aventuras de Borjita y los aguiluchos'; entonces, él era para mí algo muy 'wow', porque me gustaba el futbol. Mi equipo siempre fue el América, me encantaban los canarios del América; [Prudencio] 'Pajarito' Cortés, [Rafael] 'Guama' Puente, [Roberto] 'Monito' Rodríguez, Carlos Reinoso y obviamente Enrique Borja".