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El saludo norteño

Pluma fuerte

El saludo norteño

El saludo norteño

ROSARIO ADRIANA MOTA BOLÍVAR

En México, un país rico y diverso en costumbres, las formas de saludo son mucho más que meras palabras o gestos: son una entrada a nuestra identidad, a las raíces de cada región y a la manera en que entendemos las relaciones humanas. Si hay algo en que resaltamos los norteños es la fuerza con la que nos saludamos; es nuestra manera de ser, algo más allá de una mera formalidad.

En el norte, el saludo es más que tomar la mano y juntar las mejillas; aquí saludamos con fortaleza, con unas ganas de pasar la buena vibra a quienes estimamos y, más aun, respetamos. Tal vez en el centro y sur del país les pueda parecer algo rudo, pero es probablemente por la falta de interacción entre las regiones, que ignoramos la costumbre del saludo.

Porque en esa riqueza tan vasta de modales en México, el saludo norteño puede parecer para algunos una falta de respeto o de distinción, pero en el norte se entiende como un gesto de humanidad. Sabemos que hay jerarquías, pero se dejan de lado en el momento del saludo. Lo más trascendental para nosotros es la conexión, el recordatorio de que, más allá de títulos o cargos, todos somos seres humanos. Un apretón de manos firme, una mirada directa o incluso un abrazo son comunes entre los norteños, y en esos gestos no hay nada forzado, todo transcurre de manera natural.

Los norteños tenemos una forma de relacionarnos donde sobresalen la cercanía y la solidaridad. Esta es una región donde los conflictos de todos los días son evidentes, el trabajo duro y la convivencia con otras culturas, hemos forjado una sociedad de confianza mutua. En el norte, la gente nos apoyamos, nos conocemos, y, por eso, el saludo es tan espontáneo. Es un pequeño acto de reconocimiento que va más allá de la cortesía: es un recordatorio de que, al final, todos compartimos el mismo espacio, las mismas preocupaciones y los mismos sueños.

La manera de reafirmar nuestra identidad, hablando como norteña, es ese saludo que tenemos por medio del cual rompemos barreras. Los norteños no esperamos que los saludos sean ceremoniosos ni llenos de formalidades, porque sabemos que lo más importante es lo que está detrás de las palabras: el interés real por el otro.

A quienes no están familiarizados con esta manera de ser, les resulta difícil entender que en el norte el saludo no es un acto de sumisión o de distinción, sino de empatía y solidaridad. Es un gesto sencillo, pero poderoso, que dice "te reconozco, te valoro y me importa cómo estás", sin importar de dónde vengas o el cargo que ocupes.

Así es como los habitantes del norte de México nos relacionamos entre nosotros, construyendo una sociedad donde la cercanía es la norma, no la excepción. Y aunque las formas de interactuar sean distintas en otras partes del país, no debemos olvidar que cada región tiene su propia manera de expresarse, de construir comunidad y de hacerle frente a los retos que la vida les presenta. En el norte, el saludo es solo una parte de esa gran cultura de cercanía y humanidad que nos caracteriza, es una conexión con la persona que tenemos frente a nosotros.

Escrito en: OPINIÓN EDITORIALES saludo, manera, norte,, región

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