Kiosko

LETRAS DURANGUEÑAS

Hojas de año nuevo

Hojas de año nuevo

Hojas de año nuevo

FCO. JAVIER GUERRERO GÓMEZ

Sentado en la banca del parque los brazos se estiran como esas ramas de los árboles lánguidas, calmando a la sequía un poco de vida. A mis dedos nacen hojas, al pensamiento, ensueños capaces de remodelar la tierra y acariciar estrellas. La vista alcanza al horizonte, mi corazón late a retumbos, un secreto de vida resbala por el sentimiento.

Estoy esperando el tiempo: La hora primera del año nuevo. Un sol filtra acariciando el tronco de los árboles, el viento de la tarde arrulla con su canción de siempre. Más arriba manchas oscuras, abanicos de tristeza dan vueltas en el cielo atrapadas por el aire, son las auras que duermen volando. La fuente transpira felicidad sus gotas transparentes mueren al sol. Todo pasa y se queda en el lienzo de mi espacio, momento eterno plasmado de letras.

Este silencio oprime me hace gritar para oírme, en mi interior las palabras burlan, escapan enmudeciendo el hilo de la voz. Un sentimiento queda como llaga donde sangra poco a poco el alma. Por la selva oscura acompañé en hermandad al nuevo Dante. No descendimos ni escalamos misterios teologales, el castigo y la amada estaban en tierra, en los carcomidos continentes.

Quería hablar como las aves lenguaje de bemoles, escribir el murmullo de las ondas que prenden en los musgos a las rocas marinas. Que mis ojos vieran entre colores la magnitud de la naturaleza, el toque de las sombras, los verdes, los azules de la existencia. Pero mis ojos eran ciegos, llenos de oscuridad, solamente bebían los contornos, la corteza del color en la cascara de los reflejos: Ojos inútiles del color sin sonrisas.

Dejé el hogar para volver mi propio mundo, la palabra hacía añicos al salir de la boca, iba quemando el susto. Peregrino sin vereda como el río, como el viento, sin dejar rastro. Perro menesteroso en la basura escandalizando su hambre, seguía la vera del insomnio ante la bruma de los pensamientos. Esperanzado en la cosecha de palabras. Desconcierto mi ser resquebrajada el ánima, dejando el punto de partida soñando a espaldas de los tiempos.

Amor es dar tiempo al tiempo, la mano que acaricia, el pulso hecho tormento vaivén del corazón. Es carrera loca de ser entre promesas solo una: tu voz. La rosa sigue siendo la huella digital de Dios.

Sigo esperando el tiempo dejando correr la esencia que me forma, se ha ido de mi cuerpo dejándolo seco nublando la mirada. Las figuras escapan como los peces de mi mano, el mundo ha extraviado sus colores. Veo más para mi propio cosmos: espacio edificado por los años cada vez más estrecho.

El amor quebró, sus mitades duermen en la cumbre de las nieves volcánicas, dibujo interminable de los ojos cerrados. Paloma en pleno vuelo sin cruzar el espacio, llevando entre su pico el temblor de las alas. Tiempo comprimido desunión de las almas, esquirlas amorosas, espinas separadas. La margarita en sus pétalos sabe si resurgió un te quiero o si venció el olvido.

Escrito en: letras durangueñas escritos DURANGO poco, ojos, queda, nuevo

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Kiosko

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas