
Hospital General 450: saturado, sin medicamentos y con vigilantes poco empáticos
Rosalba llegó con su madre en una ambulancia el miércoles de la semana pasada a la sala de urgencias del Hospital General 450. A casi una semana de su ingreso, su madre sigue en urgencias porque no hay camas disponibles para trasladarla a piso. Sin embargo, en estos seis días ya han gastado 16 mil pesos en medicamentos, pues el hospital no los proporciona.
A pesar de esta situación, Rosalba reconoce la buena atención del personal de urgencias en los diferentes turnos. “Yo no me quejo del servicio. La están tratando bien y siempre están al pendiente de ella, y eso me agrada. Pero veo dos problemas: la falta de medicamentos y la falta de empatía del área de vigilancia”, expresó.
Comentó que su madre llegó con un problema hepático y una fuerte retención de líquidos. Debido a la gravedad de su condición, fue atendida de inmediato. “No sé si nos adelantaron en la fila de espera porque había muchos pacientes, incluso vi a una persona que falleció dentro de una camioneta mientras esperaba ser atendida”, relató.
Aunque su madre ha recibido atención médica adecuada, sigue en una camilla, en el área de urgencias, porque no hay camas disponibles en piso.
Sin medicamentos
Además, la falta de medicamentos en el hospital ha significado un gasto considerable para la familia. Cada vez que su madre requiere un medicamento, los médicos les piden que lo compren, lo que ha sumado hasta ahora 16 mil pesos en gastos.
“Hemos usado el dinero de la pensión del Bienestar que recibió mi mamá y mi papá, además de aportes de mi hermana y míos. Creemos que seguiremos gastando porque aquí no hay medicamentos”, lamentó Rosalba.
La familia no es originaria de Durango; provienen de un poblado cercano a la cabecera de Vicente Guerrero. Para reducir gastos, Rosalba evita comprar comida para sí misma, pues no sabe cuándo le pedirán más dinero para medicamentos ni cuánto tendrá que gastar.
“Estos días estamos esperando que llegue alguien a traer alimentos para quienes estamos aquí. Hay gente de buen corazón que hace esa labor, y de ahí es de donde comemos, aunque sea una vez al día”, explicó.

Falta de empatía
Sin embargo, además del problema económico, la estancia en el hospital ha sido difícil debido a la falta de empatía del personal de vigilancia.
“Junto con otras personas que también se quedan a dormir aquí, nos metemos a la sala de espera para pasar la noche, pero los vigilantes nos sacan y nos mandan a la intemperie y la sala de espera se queda vacía".
"Podrían dejarnos dormir ahí y pedirnos que salgamos en la mañana, pero no lo permiten. La verdad, todavía hace mucho frío por las noches”, comentó.
Finalmente, Rosalba hizo un llamado a la dirección del hospital para que se dé la instrucción de permitir que los familiares de los pacientes puedan permanecer en la sala de espera durante la noche y retirarse por la mañana. Sobre los medicamentos, dijo estar consciente de que no es el único hospital que no tiene medicamentos, que es algo generalizado no solo en Durango, sino en varios estados.
"Para qué queremos pensiones bienestar si el dinero se gasta en medicinas, mejor que envíen medicamentos a los hospitales", concluyó.