Improvisaciones en sector Salud ante la falta de recursos

Tal y como muchas veces sucede en este pintoresco y folclórico país, donde suele recurrirse a las coloquialmente conocidas "mexicanadas" para resolver desperfectos de manera urgente, así ocurre en el Hospital Nuevo de Gómez Palacio, allá en la Comarca Lagunera de Durango, donde si de insumos médicos se trata, no es la excepción.

En días pasados fueron ventiladas en redes sociales y medios de comunicación imágenes de aquel nosocomio comarcano, donde frascos de café son utilizados para aspirar secreciones y vasos de unicel se adaptan como reservorios de oxígeno, desnudado la realidad de un sistema de salud que opera con soluciones improvisadas.

Así, entre parches y arreglos espontáneos, el personal de la salud pone en práctica su ingenio con lo que han tenido a la mano, haciendo lo que pueden para mantener funcionando equipos vitales, aunque la durabilidad o la seguridad no sean la prioridad, sino solo el salvavidas momentáneo en medio de la emergencia.

El caso, conmocionó a la sociedad lagunera y de todo el estado, al verse expuesta tal negligencia administrativa que no puede ser pasada por alto, menos en un tema tan sensible como es el de la salud y la calidad en la atención. Ya ni falta hace mencionar la carencia de medicamentos, de material de curación o hasta de servicios de limpieza adecuados.

La actual crisis exhibe el quebranto financiero en el sistema de salud estatal, como en los peores momentos vividos por la pandemia; sin embargo, es también una lamentable muestra del olvido de autoridades al que se enfrentan miles de ciudadanos y trabajadores del sector, estos últimos alguna vez considerados como héroes ante el COVID19.

Lo que tendría que ser un lugar digno para la atención y recuperación de la salud de los habitantes de aquella región, hoy es un entorno muy complicado en el que médicos y enfermeras luchan contra la falta de insumos y medicamentos; contra las condiciones insalubres y la indiferencia de las instancias de gobierno a las que les compete la atención.

El problema para nada es nuevo, pues las carencias han sido denunciadas por más de un año según lo han referido las organizaciones sindicales; no obstante, ni las mesas de trabajo ni las supuestas intenciones de mejora han resultado en acciones concretas. En cambio, lo que sí parece haber prosperado es la persecución hacia los trabajadores que han ventilado estas deficiencias a la opinión pública.

Y es que la situación trasciende al sistema de salud en general en aquella región -y reitero que así lo han señalado los propios sindicatos- donde hospitales como el de Lerdo permanecen cerrados, los de Gómez Palacio operan en condiciones deplorables, mientras que en Cuencamé los trabajadores sufren de acoso laboral.

Voluntad política y decisiones inmediatas son apremiantes, porque ésta, es una verdadera crisis humanitaria. Cada día que pasa sin que se atiendan deficiencias como las aquí mencionadas, se pone en riesgo la vida de pacientes que dependen de los servicios de salud, así como la de los trabajadores que más que "mexicanadas", están haciendo verdaderos milagros con pobres recursos.

EN LA BALANZA.- La tragedia que atraviesa la madre de un joven de 16 años desaparecido y hallado sin vida después de tres meses de búsqueda, y a quien tuvo que velar en la calle y pedir apoyo para costear los gastos funerarios, es la misma cruda realidad de muchas familias en Durango que enfrentan no solo la pérdida de un ser querido, sino también la dura batalla contra la precariedad económica. Un ejemplo más de cómo los ciudadanos deben lidiar con circunstancias extremas, mientras las instituciones y el sistema de apoyo social siguen siendo insuficientes.

X: @Vic_Montenegro