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La era de la posverdad

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JESÚS MENA VÁZQUEZ

A lo largo de varias entregas he hablado de la importancia de la narrativa gubernamental para intentar moldear la percepción social de la realidad. Los gobiernos, como actores de primera importancia en cada sociedad, tratan de imponer la suya, al igual que los partidos políticos de oposición y los diferentes grupos sociales que organizados en torno a algún fin común (sindicatos, grupos sociales o étnicos, etc.) tratan de imponer su visión de la realidad.

El problema es que, en muchos casos, la visión que estos grupos buscan imponer no tiene sustento en hechos reales y datos verificables. Estamos, de nuevo, en una era en la que el discurso, la narrativa de los distintos actores políticos y sociales busca presentar la realidad para que refleje sus creencias y no necesariamente hechos y datos verificables.

Estamos, desde hace años, en una era de "posverdad", seleccionada por el diccionario Oxford palabra del año en 2016, y definida como un fenómeno que se da cuando "los hechos objetivos tienen menos influencia en definir la opinión pública que los que apelan a la emoción y a las creencias personales".

Un ejemplo que refleja el uso de estas narrativas falsas es lo que está sucediendo ahora en los Estados Unidos respecto al episodio del 6 de enero de 2021, cuando una turba de seguidores de Donald Trump irrumpió dentro del Capitolio, sede del poder legislativo de Estados Unidos, para tratar de evitar el Congreso confirmara como Presidente a Joseph Biden, siguiendo una narrativa de mentiras y desinformación encabezadas precisamente por Trump, en las que argumentaba que su re elección habría sido "robada".

Hoy se cumplen cuatro años de este episodio, con los mismos protagonistas en diferente orden, Biden entregando el mando el próximo 20 de enero y Trump jurando como Presidente. El entorno de Trump ha trabajado por varios años para cambiar la narrativa del 6 de enero. El propio Trump ha prometido indultar, en la primera hora después de tomar protesta, a algunas de las personas que tomaron parte del asalto al Capitolio.

El todavía Presidente Electo de los Estados Unidos y su equipo cercano busca cambiar la narrativa de lo que sucedió ese día, reflejada en miles de horas de video que describen sin ambages una toma violenta del Capitolio para evitar la transición pacífica del poder, para pasar a una narrativa repetida en medios de comunicación pro Trump y redes sociales que argumenta, entre otros elementos, que activistas de extrema izquierda estaban infiltrados entre los manifestantes ese día; que la manifestación fue orquestada por el FBI y otras organizaciones gubernamentales que, según esta narrativa, forman parte del "gobierno profundo", actor principal de las teorías de la conspiración repetidas hasta el cansancio en las redes sociales por los seguidores de Trump.

La era de la posverdad regresa con mayor impulso con el segundo periodo del Presidente Trump. Ese es el contexto político que tendremos por al menos cuatro años en los Estados Unidos, que impactará a todo el mundo y especialmente a nuestro país, como vecino y principal socio comercial, ya que tendremos que enfrentar la fabricación de narrativas basadas en mentiras y datos falsos respecto a varias dimensiones de la relación bilateral, pero principalmente las que narrativas que haga el movimiento social encabezado por Trump y su gobierno respecto a la migración ilegal y al comercio internacional.

X: @jesusmenav

Escrito en: OPINIÓN EDITORIALES Trump, narrativa, sociales, Estados

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