Nos alcanza la inteligencia artificial
Hace unos días de visita familiar a Los Ángeles, California, nos emparejamos en un semáforo con un vehículo moderno de color blanco que nos llamó la atención por los equipos de alta tecnología que tenía incrustados en su carrocería.
Miramos de reojo al asiento del conductor y cual fue nuestra sorpresa al verlo vacío así como el resto de los asientos del auto, apenas se puso en verde el semáforo y arrancó a toda prisa como si ya fuera tarde a su cita.
Por suerte alcanzamos a leer en un costado del vehículo el letrero Waymo que poco después supimos se trataba de la exitosa compañía de taxis sin chofer propiedad de la compañía Google, subsidiaria de Alphabet.
Waymo, viene de las palabras en inglés way (camino) y mobility (movilidad), fue fundada en el año 2009 por Sebastian Thrun, cuenta con 2,500 empleados, alcanza un valor comercial de 45,000 millones de dólares y actualmente ofrece viajes al público en tres ciudades: Phoenix, San Francisco y Los Ángeles.
Realiza además pruebas en otras tres poblaciones, incluyendo Tokio, Japón. Esta semana anunció que durante el 2025 abrirá operaciones en otras diez ciudades norteamericanas, entre ellas San Diego, Las Vegas, Miami, Atlanta y Austin.
Waymo opera actualmente 700 vehículos y planea llegar a decenas de miles cuando crezca a más poblaciones y gane la confianza plena del público. El año pasado realizó más de 4 millones de viajes autónomos y sólo ha participado en unos 30 accidentes en donde la culpa ha sido -según la empresa-- de otros vehículos manejados por personas.
Aunque Waymo todavía no genera utilidades financieras, su éxito es evidente al convertirse en la primera compañía mundial de taxis autónomos y que además ha demostrado cabalmente que la inteligencia artificial es una realidad con enormes beneficios para el público consumidor. Estos vehículos utilizan una combinación de sensores, cámaras e inteligencia artificial que les permite navegar por calles y carreteras sin la intervención de seres humanos.
Conforme avance esta tecnología se espera que revolucione a la industria del transporte toda vez que se reducirán los accidentes, bajarán los costos al no usar choferes y podrá aplicarse en un futuro no solo a autos sino también en autobuses urbanos, camiones de carga y muy posiblemente en aviones privados y comerciales. Al momento son cinco las empresas que mantienen el liderazgo a nivel mundial en este novedoso sector. Después de Waymo se encuentra Tesla con su Robotaxi que empezará a operar este año en algunas ciudades norteamericanas.
Le sigue General Motors que a través de la subsidiaria Cruise planea introducir muy pronto sus vehículos autónomos al mercado norteamericano. Luego viene Aurora, una empresa de reciente creación que pretende lanzar autos y camiones de carga sin chofer en un futuro próximo.
Finalmente no podía faltar una empresa de origen chino, se trata de Baidu conocida como la Google de China que buscará convertirse en la número uno a nivel mundial en la fabricación de autos autónomos para pasajeros.
Hay otras compañías que se preparan para participar en este apetitoso mercado, entre ellas Zoox de Amazon, Nuro, Aptiv, TuSimple y Pony.ai.
La visión de estas empresas es un mundo de autos autónomos donde podamos viajar sin necesidad de manejar a cualquier parte y podamos destinar ese tiempo libre a la lectura, la charla o el descanso.
Actualmente la tecnología de los vehículos autónomos es costosa -alrededor de 100 mil dólares por unidad-pero en el futuro se espera que baje y que sea más fácil adquirir este tipo de autos como propios o para utilizarlos como taxis siendo más económicos que Uber o Lyft.
Como pueden ver la inteligencia artificial ya nos alcanzó con los autos autónomos, el popular ChatGTP, Guru, entre muchos otros avances tecnológicos.
Más de Trump
Donald "el Huracán" Trump sigue dando de que hablar a diez días de tomar posesión. Por suerte para México se desvanece la posibilidad de que imponga aranceles del 25% a sus productos de exportación. Como lo anticipamos el nuevo presidente no podía pegarse un tiro en su propio pie y castigar con aranceles a miles de empresas norteamericanas que producen en suelo mexicano.
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