MALA CALIDAD DEL AIRE
¿Qué significa realmente que el aire sea de “mala calidad”?
Este término se refiere a la presencia de contaminantes en concentraciones elevadas, lo que puede afectar la salud de la población y el medio ambiente.
El aire que respiramos puede contener partículas finas (PM2.5 y PM10), ozono, dióxido de nitrógeno, monóxido de carbono y otros contaminantes que provienen de fábricas, automóviles, incendios forestales y otras fuentes.
Cuando estos niveles superan los límites recomendados, la calidad del aire se considera mala, lo que puede generar diversos riesgos.
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¿Qué efectos tienen en la salud?
La exposición al aire contaminado puede tener efectos inmediatos y a largo plazo en la salud. Entre los síntomas más comunes se encuentran irritación en los ojos, nariz y garganta, dificultad para respirar, tos y fatiga.
Sin embargo, las consecuencias pueden ser más graves para ciertos grupos de la población, como niños, adultos mayores y personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares.A largo plazo, la mala calidad del aire puede contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas como asma, bronquitis, enfermedades del corazón.
¿Qué hacer cuando la calidad del aire es mala?
Ante episodios de alta contaminación, es recomendable seguir medidas preventivas como evitar actividades al aire libre, especialmente en las horas de mayor concentración de contaminantes.
También es importante mantenerse informado sobre los niveles de calidad del aire a través de aplicaciones o sitios oficiales y, en caso de ser necesario, usar cubrebocas especiales para partículas finas.
Reducir el uso de automóviles, optar por el transporte público o bicicleta, y evitar la quema de basura o el uso excesivo de aerosoles son acciones que contribuyen a mejorar la calidad del aire.
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