
Tragos que dañan la virilidad
Existen cientos de mitos, leyendas urbanas y rumores sobre lo que puede mejorar o afectar el desempeño sexual de los hombres. Además, es fácil encontrar bebidas que se venden como potenciadoras de la capacidad física o que hacen despertar hasta a los más trasnochados. Sin embargo, estos productos son utilizados como «auxiliares» sin conocer el verdadero efecto que tienen sobre su salud.
Un hombre de 37 años se encuentra a punto de tener intimidad con su pareja. Después de una fiesta de cuatro horas en un club nocturno, quiere redondear la noche con una sesión de sexo. Pero cuando llega el momento, se da cuenta de que la ansiedad y el desgaste lo han rebasado. A pesar de que tomó muchas bebidas energéticas no puede lograr una erección adecuada, es entonces cuando lo invade un sentimiento de frustración y no puede lograr su objetivo.
Este caso es uno de los tantos que son descritos por los médicos como parte de los «efectos negativos» de las bebidas energéticas. Los altos niveles de azúcar, saborizantes artificiales y otros químicos como la taurina generan que el organismo altere sus funciones regulares nerviosas, flujo sanguíneo y transporte de oxígeno a todo el cuerpo, incluyendo el área de los genitales. También es posible que existan consecuencias más severas como la aparición de taquicardias y dolores de cabeza fuertes.
A pesar de que en el corto plazo se puede llegar a tener la sensación de estar «alertas» y activos, con el paso de los minutos y las horas los verdaderos efectos de estas bebidas llegan a registrarse, empezando con la alteración del ritmo cardíaco, el procesamiento extraordinario de sustancias por parte del hígado y, por último, con un adormecimiento general del cuerpo, algo conocido como «el bajón».
Al «bajón» no se le escapan los brazos, piernas y, por supuesto, el aparato sexual con todas sus funciones, además de que la combinación de otras sustancias como el alcohol y los refrescos pueden aumentar hasta dos o tres veces el efecto.
“Es un mito que para mejorar el rendimiento sexual se necesiten sustancias extrañas, bebidas o elíxires maravillosos. Un hombre adulto bien alimentado, con descanso apropiado y excitado, puede tener las mejores relaciones sexuales, no es necesario añadir nada, todo está en nuestra propia química”, asegura el especialista en reproducción humana Carlos Valdés.
El consumo regular de las bebidas energéticas puede llegar a afectar aspectos vitales como la producción diaria de espermatozoides. Algunos estudios de institutos de reproducción en Estados Unidos y Europa, han estimado que se puede presentar una afectación entre el 20 y el 45 por ciento, siempre y cuando se mantenga la ingesta de estas bebidas por más de dos años consecutivos.
Sin embargo, en todos los casos la comunidad médica recomienda limitar el consumo de estas bebidas al mínimo. Por ello, cada vez que se requiera obtener el efecto de reanimación en el cuerpo, los productos energéticos pueden ser reemplazados por alimentos como manzanas, cacahuates, miel o verduras.
LOS PRINCIPALES ENEMIGOS
Los refrescos se encuentran a la cabeza de la muy larga lista de bebidas que ocasionan efectos negativos en la salud. El alto contenido en azúcar hace de este producto un peligro para el desempeño físico y sexual, tanto en hombres como en mujeres.
Tomar refresco regularmente favorece la aparición del sobrepeso, la hipertensión y la diabetes, males crónicos que conllevan a una disminución de la calidad de vida y también de la vida sexual; además, con el aumento de peso se reduce el margen para realizar labores de demanda física mediana como las relaciones sexuales.
Los especialistas indican que a partir de un litro diario de refresco se pueden comenzar a registrar daños en el organismo a mediano y largo plazo; en el caso de los hombres que toman hasta dos o más litros de esta bebida, el daño se vuelve mayor. En el plano de la fertilidad, se han llevado a cabo estudios que demuestran el lado «no tan refrescante» de las bebidas azucaradas. Se estima que en hombres mayores de 25 años pueden ocurrir reducciones en la producción diaria de espermatozoides, y que en la mayoría de los casos se daña entre el quince y el treinta por ciento del total.
“Al tomar refrescos hay que establecer límites claros, toda la azúcar que se consume va a parar directo a nuestros órganos vitales, no podemos perder de vista que la fertilidad también se ve mermada por este hecho. Un aspecto tan simple como la producción del semen, que es posible gracias a una correcta hidratación, también sufre modificaciones”, indica el especialista.
Para hombres adultos con una actividad promedio durante su día, se recomienda no ingerir más de medio litro de refrescos con azúcar, ya que la energía para el adecuado funcionamiento del cuerpo puede ser utilizada directamente de los alimentos.
En el caso de los cafés, no existe una amenaza para la fertilidad como la que provocan las bebidas energéticas y los refrescos, sin embargo, es cierto que cuando la cafeína se combina con cremas u otras sustancias que contienen estrógenos, la producción de espermatozoides puede verse afectada, ya que provoca un cambio en las hormonas masculinas.
Una de las principales recomendaciones con el café, es que no debe ser utilizado como herramienta para «despertar» o «recuperar» la energía en el sexo, pues el desgaste físico no se repone de esta manera, sino únicamente a través del descanso y una buena alimentación.
EL MITO DE LA EMBRIAGUEZ
Se dice que al tomar un trago de licor, el cuerpo adquiere una mayor temperatura y las limitaciones sociales desaparecen; en cierta forma esta observación es acertada, e incluso se puede llegar a recomendar ingerir una copa de alguna bebida alcohólica periódicamente. No obstante, aseverar que en estado de ebriedad se puede llegar a tener un mejor desempeño sexual es un mito, ya que algunos sentidos como la vista, el tacto y el control de la motricidad, se ven afectados de inmediato cuando el cuerpo se encuentra asimilando el alcohol.
Una persona ebria difícilmente podrá recordar todos los detalles de un episodio sexual al día siguiente, aunque para muchos eso significa un motivo de emoción, la realidad es que significa tener relaciones sin un estado pleno de consciencia.
Algunos psicólogos recomiendan el consumo de alcohol de forma moderada cuando se tiene el deseo consciente de relajarse, cuando existen límites establecidos para su disfrute y, sobre todo, cuando se está en un ambiente controlado.
A largo plazo, consumir este tipo de bebidas produce desgaste en órganos como el cerebro y el hígado, derivados del consumo desmedido de alcohol; asimismo, se presentan efectos en el desempeño físico a la hora de tener relaciones sexuales, principalmente en aspectos como el control de las erecciones y la fertilidad.
“Lo más recomendable para disfrutar de una relación sexual a plenitud es, sin duda, estar conscientes y sanos, disminuir al máximo todos los alimentos y bebidas que sabemos que nos van a alterar y hacerlo de manera natural. La naturaleza es tan sabia que nos otorgó la capacidad de tener sexo satisfactorio sin necesidad de utilizar ningún complemento artificial”, asegura el doctor Carlos Valdés.
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