Tradiciones de Semana Santa

En México, país de profundas raíces cristianas, la Semana Santa es un periodo festivo a nivel nacional, en el que se suspenden las labores escolares, lo mismo que en muchos niveles gubernamentales y privados.

A lo largo del territorio mexicano y en sus distintas regiones, durante esta semana se realiza una gran cantidad de manifestaciones populares para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Aunque las celebraciones varían de acuerdo a las costumbres de cada región, existen ciertos aspectos generales que son similares en todo el país.

En algunos lugares, las tradiciones de Semana Santa son especialmente coloridas y espectaculares, tanto por el fervor con que las realiza la gente como por los elementos folclóricos que las adornan. En la mayoría se llevan a cabo procesiones con imágenes de Cristo, o bien representaciones teatrales de la pasión.

A lo largo de la Semana Santa vemos en los medios diferentes maneras de celebrar estas fiestas, principalmente representaciones como la de Iztapalapa o procesiones como la de los penitentes de Taxco.

Para muchos un exceso, para otros una tradición; lo cierto es que la Semana Santa representa, dentro de la religión católica, la semana más importante del año.

Las tradiciones que se han creado en México y el mundo alrededor de esta semana tienen como principal objetivo recordar el sufrimiento por el que pasaron tanto Jesucristo como quienes lo acompañaban y no olvidar el motivo de este sacrificio.

Lo que sucede durante la Semana Santa en México es mucho más que un conjunto de coloridas representaciones y peregrinajes, es la manifestación de la cultura, la fe y la unidad de un país a través de sus tradiciones. El espíritu familiar, la esperanza y la hospitalidad de un pueblo, alcanzan su máxima expresión en estas tradiciones que involucran a gran parte del territorio mexicano.

 Jueves santo

En la mayoría de los templos las imágenes son cubiertas con telas moradas en señal de luto y la última misa se oficia por la tarde y no se volverá a hacer sino hasta la fiesta del domingo. Durante esta misa se lleva a cabo el lavatorio de pies, en el que doce hombres son elegidos de entre la feligresía y el sacerdote les lava los pies. Esto se hace para conmemorar cómo Jesús hizo lo mismo con sus apóstoles antes de la Última Cena, siendo éste un gesto de servicio, amor y humildad de quien era considerado como el Hijo de Dios. El que los sacerdotes lo continúen haciendo refleja esa actitud de servicio.

La tradición dice que después de que Jesús fue arrestado, lo llevaron a la casa de Pilatos, a la del Rey Herodes y al Sanedrín (la Corte judía) para que fuera juzgado y sentenciado, sin que nadie se pronunciara sino hasta que lo hizo Pilatos. Esto es recordado en la visita a las siete casas que consiste en visitar siete iglesias mientras se medita sobre los acontecimientos de esta fiesta.

 Viernes Santo

Quizá el día con mayor actividad. El Via Crucis tiene como finalidad recordar los momentos más importantes en el sacrificio hecho por Jesucristo. Estos momentos, catorce en total, narran precisamente el camino que Cristo hace desde que es condenado a morir hasta que el castigo es finalmente cumplido.

Recordando la traición de Judas al entregar a Jesús, también es tradición la Quema de Judas en la que figuras de papel son quemadas. En los últimos años ya no son sólo personificaciones de Judas las que son quemadas sino también las de políticos (el favorito es Salinas) o todo aquello que represente el mal para los mexicanos. En algunas comunidades rurales, esta tradición marca también el inicio del nuevo año de cosecha.

Por la noche se realiza la Procesión del Silencio, una especie de cortejo fúnebre por las calles de la población en la que se llevan las imágenes de Jesús después de haber sido bajado de la cruz y de la Virgen de Dolores. En absoluto silencio en señal de duelo y acompañando a la Virgen María en su dolor, la procesión sirve también como un momento de reflexión.

 Sábado Santo El Sábado Santo (antiguamente Sábado de Gloria) culmina para los cristianos la Semana Santa tras conmemorar el día anterior la muerte de Cristo en la Cruz.

El sacerdote consagra una vela adornada que se llama "Cirio Pascual" y que durante la Pascua representará a Cristo resucitado. En un templo lleno de oscuridad hace su entrada la luz con el fuego. Allí se percibe a Jesús como la luz del mundo.

El cuerpo de Jesucristo es representado en un cirio. Por último, cinco granos de incienso que representan las llagas de Cristo. Posteriormente, todos los fieles encienden su propio cirio en el "Cirio Pascual consagrado".

Este mismo día, se renuevan las promesas bautismales y se usa agua en abundancia, que representa el signo de vida y purificación.